Tres bloques

Las aguas están caldeadas en el Centro Democrático. Según trascendió se empiezan a evidenciar varios bloques respecto a cómo debe procederse para un reacomodamiento de liderazgos en la colectividad y quiénes deben fijar los lineamientos de una reingeniería partidista tras el debacle político y electoral de este año. Se sabe, que hay tres corrientes que empiezan a competir lenta pero sostenidamente. De un lado, está el bloque uribista más tradicional, en el cual se considera que el retroceso de este sector político tiene relación directa con los problemas jurídicos que afectan al expresidente Uribe desde mediados de 2020, obligando no solo a que saliera del Senado sino a que no tuviera un papel protagónico en los comicios para Congreso, en donde el Centro Democrático perdió casi veinte curules en ambas cámaras, y en los presidenciales, registrando el retiro de su candidato.

La preclusión

Para este bloque, según le indicó a EL NUEVO SIGLO una alta fuente uribista, es “imperativo” lo que pase en los próximos meses respecto a la nueva petición de preclusión que la Fiscalía elevó ante un juez de conocimiento en torno al proceso penal contra el exmandatario, que está sindicado de incurrir presuntamente en los delitos de fraude procesal y soborno a testigos. Como se sabe, el pasado 1 de agosto el ente acusador, por intermedio del fiscal tercero delegado ante la Corte Suprema de Justicia, Javier Fernando Cárdenas Pérez, volvió a presentar la petición de preclusión que ya había sido negada meses atrás por la juez 28 penal del circuito de Bogotá. La Fiscalía considera que hay mérito para archivar el proceso luego de lo recaudado en tres meses de actividades investigativas, 14 declaraciones, un interrogatorio al imputado, siete inspecciones a diferentes autoridades y una búsqueda selectiva en base de datos, practica de pruebas técnicas y análisis forenses en fotografía, video, acústica, informática forense y extracción de información de teléfono celular, entre otras.

Con las riendas

Si esta nueva petición sale a favor, entonces se buscaría que Uribe tomara las riendas de la colectividad directa y personalmente, sobre todo de cara a plantear la estrategia para los comicios regionales y locales de un año atrás. “… Sabemos que al expresidente Uribe no le gusta la idea pero hay que ser realistas: necesitamos de su liderazgo y es claro que el rápido desgaste del gobierno de Petro en los próximos meses le dará un mayor juego a la oposición que, en estos momentos, solo la está ejerciendo el Centro Democrático porque el resto de partidos se plegaron a la Casa de Nariño y la ‘mermelada’ de izquierda”, precisó la alta fuente de la colectividad.

Oposición radical

El segundo bloque al interior del Centro Democrático se inclina por hacer una oposición más radical al gobierno Petro, sin tregua alguna. Aquí ubican a la senadora María Fernanda Cabal y otros dirigentes del ala más dura del uribismo, en la que se considera que el gobierno Duque fue tibio en aplicar las políticas uribistas y ello permitió la llegada al poder de la izquierda. “… Aquí es donde hay voces que, en privado, quieren ‘jubilar’ amigable pero definitivamente al expresidente Uribe”, indicó la fuente.

Línea intermedia

Por último, hay una tercera corriente que tiene una postura intermedia. “… Se trata de quienes creen que el expresidente Uribe ya está cansado de la brega política y el proceso judicial puede alargarse… pero no consideran que por eso el partido debe irse a la derecha, sino centralizarse más… No creen que debe dársele las riendas a Duque, sino que hay que conformar una nueva cúpula con liderazgos parlamentarios que se equilibren, como los de Cabal, (Paloma) Valencia, (Paola) Holguín y Miguel Uribe Turbay…”, precisó.