100 congresistas

El senador del Polo, Iván Cepeda, saludo ayer “la conformación de la comisión de paz en la Cámara de Representantes que integran más de 60 miembros. Eso significa que más de 100 congresistas hacemos parte de las comisiones de paz en ambas cámaras. Trabajaremos conjuntamente para alcanzar la paz total”. Es claro que se trata de un récord toda vez que significa que la tercera parte de los senadores y representantes a la Cámara hacen parte de estas comisiones, un hecho inédito que, sin lugar a dudas, podría viabilizar el trámite de iniciativas relacionadas con la búsqueda de salidas políticas y jurídicas a la guerrilla y las bandas criminales de alto espectro, procesos que ya están empezando a andar, según lo confirmó esta semana el alto comisionado de Paz, Danilo Rueda.

¿100 hablando?

Sin embargo, un congresista que no hace parte de la coalición petrista le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que el tener un número tan alto de parlamentarios en estas dos comisiones accidentales podría significar un problema por dos vías. “… Las comisiones numerosas para temas puntuales no tienen sentido, porque se sale de cualquier lógica que la tercera parte de los congresistas estén trabajando un tema específico, del cual luego deben rendir informe a la plenaria ¿Se imagina a 60 representantes a la Cámara o a 40 senadores todos queriendo hablar al mismo tiempo de tal o cual gestión en las regiones, con el Eln, con el ‘Clan del Golfo’… Eso sería interminable”.

Otro problemita

El otro problema, según la fuente parlamentaria consultada, es que las comisiones de paz están planteando un amplio cronograma de giras regionales que podría llegar a atravesarse en el ritmo de debates en las comisiones y plenarias en un primer año legislativo en que la Casa de Nariño quiere sacar adelante una serie de reformas clave para cumplir las promesas gubernamentales. De hecho, el propio Cepeda recalcó ayer que las comisiones de paz del Congreso “… estamos preparando un nuevo viaje al territorio. Acompañaremos instalación de puestos de mando unificado por la vida en los 67 municipios donde se perpetra la mayoría de los crímenes contra líderes sociales y firmantes de la paz”.

Polémica

En el Centro Democrático crecen las voces que consideran que la política de paz del Gobierno es muy gaseosa. “… No veo que haya una política previa y formada… Hay intentos de diálogos con el Eln y el ‘Cartel del Golfo’ pero hasta ahora están armando el andamiaje jurídico o ni siquiera lo tienen”, dijo a este Diario una alta fuente uribista. Paradójicamente, ayer el propio senador Cepeda, durante la instalación de la comisión de Paz de esa corporación legislativa, sostuvo que “… algunos señalan que el objetivo de la Paz Total es ‘excesivo y pretencioso’. Piden seguir pensando la solución del problema de la violencia con parámetros minimalistas. Después de 60 años en guerra piden que sigamos pensando la paz pequeña. Es hora de un cambio de mentalidad”.

Más de la ONU

Para terminar con este tema de los debates en torno a los esfuerzos de paz del Gobierno, trascendió que en la Casa de Nariño están considerando pedir de manera oficial a la ONU que active una comisión de acompañamiento formal y oficial a la negociación con la guerrilla del Eln. “… La ONU ha venido acompañando esta nueva etapa del proceso pero lo que se quiere es que esa instancia tenga un papel más activo en todo el proceso, que vaya más allá de la esfera de la facilitación o de un tercero mediador de buena fe…Es una figura compleja que se está analizando”.