Realidades energéticas
“Hay que separar el deseo de la realidad”. Esa fue la expresión que utilizó un reconocido activista ambiental frente a las perspectivas de que Colombia haga un viraje más rápido hacia la transición energética, incluso adoptando una política de Estado que obligue a reducir, de manera perentoria, las fuentes de combustibles fósiles. “… Nosotros no somos Noruega ni otro tipo de países que se pueden dar la pela de empezar a obligar por ley a la transición energética hacia fuentes renovables y verdes… Sin embargo, por más que el gobierno Duque diga que el país está en la vía de una rápida transición energética, lo cierto es que el parque de generación eólica, solar y de otras metodologías sustentables todavía es incipiente. Aunque es claro que se camina en la dirección correcta, podríamos ser más dinámicos ya que Colombia tiene una ventaja frente a otros países: las fuentes de energía limpia son de más fácil activación, sin inversiones salidas de cualquier contexto de rentabilidad o sostenibilidad financiera… En otros países no hay los escenarios, ventajas ni circunstancias naturales para parques de generación eólica o solar, por lo que allá deben invertirse billonarios recursos que aquí no”, sostuvo el experto, pidiendo la reserva de su nombre porque “estamos trabajando un informe de fondo sobre este tema que publicaremos prontamente”.
Más demanda
Paradójicamente, la semana pasada se llevó a cabo el evento “Colombia Genera 2021”, en donde se escucharon distintas opiniones sobre la ruta realista para la transición del país hacia energías limpias y renovables. Hubo posturas muy interesantes. Por ejemplo, el presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Juan Camilo Nariño (según el reporte de la ANDI), señaló que, a comparación de 2019, se prevé un incremento significativo de la demanda de minerales a 2050, lo que representa una oportunidad para el país. En concreto, dijo, se proyectan crecimientos de 400% en el caso del grafito, del 500% en el del litio y 460% en el del cobalto. “Entonces necesitamos saber con qué minerales contamos, qué tenemos en nuestro subsuelo, lo que hace necesaria una política clara de Estado que promueva la exploración”, concluyó.
Ofensiva gubernamental
Precisamente en ese mismo foro, el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, volvió a revalidar los avances gubernamentales en cuanto a transición energética, señalando tras empezar en 2018 con solo dos proyectos de energías renovables, que sumaban cerca de 28 megavatios de capacidad instalada, ahora, gracias a la política pública de inventivo, las subastas y facilidades tributarias, se aspira a cerrar el 2022 con cerca de 2.800 MW de capacidad instalada y con un plan a cinco años de cerca de 4.500 MW. A ello se sumará el reglamento para desarrollar la energía eólica costa afuera. Sin embargo, este año todas las miradas están puestas en octubre, ya que se tiene prevista la tercera subasta de energías renovables. A ello se suma, la entrada en funcionamiento del primer piloto de geotermia en el país -de la empresa Parex-, el desarrollo de la hoja de ruta para la implementación del hidrógeno como energético limpio y el aumento en el primer trimestre de 2021 del 240% en ventas de vehículos eléctricos e híbridos. Si la tendencia se mantiene, al finalizar 2021 habrá circulando 10 mil de estos vehículos.