Dos etapas
Los equipos de campaña de varios de los posibles candidatos presidenciales para 2022 ya han planteado las primeras reuniones para enero con el fin de analizar a fondo el escenario político del entrante año y establecer posibles estrategias a desarrollar. Según conoció EL NUEVO SIGLO algunos estrategas han recomendado dividir en dos etapas el 2021. Una abarcaría el primer semestre, durante el cual no se tiene previsto que la campaña como tal vaya a tomar un ritmo definitivo. Por el contrario, se espera que entre enero y junio quienes aspiran a competir por la Casa de Nariño se dediquen a empezar a armar sus respectivos equipos de campaña. Desde ya se está viendo una especie de rapiña entre algunos precandidatos por contratar o reclutar asesores, firmas de estrategia y publicidad así como prestantes dirigentes de distintos campos para que sean los encargados de redactar las primeras versiones de los programas que cada uno planteará a los electores.
Polémica amarilla
No está muy contentos en las toldas del Polo Democrático por los cálculos que hacen en varios sectores de izquierda, en donde se considera que esa colectividad podría desaparecer en los comicios parlamentarios de 2022, sobre todo por la salida de su mayor elector, el senador Jorge Enrique Robledo, que decidió armar toldo aparte para sustentar su eventual candidatura presidencial. Bajo esa tesis, al Polo le podría resultar complicado alcanzar el umbral mínimo de sufragios en los comicios para Senado, lo que pondría en peligro mantener su respectiva personería jurídica. Pero, según conoció este Diario en una alta fuente del Polo, allí se piensa que esos augurios no tienen piso alguno. Incluso se indica que una parte de los votos de Robledo son, en realidad, votos del partido pero que el elector lo depositaba directamente por el senador dado que era la figura más representativa.
Rápido repunte
Dos importantes dirigentes empresariales del país son de la tesis de que Colombia dará la sorpresa en cuanto a crecimiento en 2021 y volverá a estar en los primeros lugares del top latinoamericano. Es más, según trascendió de una reunión con periodistas económicos días atrás, se apuesta a que el país podría alcanzar el 4% de crecimiento del PIB el próximo año y apostar por un 5% o más en 2022, bajo la tesis de que varios de los sectores que jalonaron el crecimiento en 2018 y 2019 han podido retomar sus ritmos productivos más rápido de lo que inicialmente se presupuestaba. Incluso, hay dos o tres que analizados individualmente no retrocederían este año más allá de un 2 o 4% como máximo. Es un cálculo bastante positivo dado que las proyecciones sobre la economía en general proyectan un retroceso superior al 6% al cierre de este 2020 o como máximo un 8%.
Reajuste alto
Si se cumple el vaticinio de que el aumento del salario mínimo en Colombia para el próximo año se ubicará en 3,5% podría ser, porcentualmente hablando, el crecimiento ponderado respecto a inflación causada más alto de Latinoamérica. Por lo menos así lo ve un grupo de economistas según los cuales ese reajuste significaría un récord a nivel regional. Obviamente en otros países ya se han autorizado o decretado reajustes salariales más altos para el próximo año, pero la diferencia es que allí la inflación se disparó a lo largo de la crisis sanitaria. De esta forma, esas alzas de sueldos, en términos absolutos, no serían mayores a la de Colombia. De otro lado, no sorprendió a los empresarios que no se alcanzó un acuerdo en la mesa de concertación laboral. Varios líderes gremiales habían advertido que la posibilidad de un consenso sobre el aumento de la remuneración básica era improbable y al final el Gobierno lo decretaría.