Gallego en el CEAP
El viernes pasado, durante la VII Cumbre Empresarial de la Alianza del Pacífico, Colombia asumió la Presidencia Pro Témpore del Consejo Empresarial del organismo (CEAP), organización conformada por distintos representantes del sector privado, que tiene como objetivo dar recomendaciones a los gobiernos para construir una agenda de trabajo útil en pro de la facilitación de los negocios, entre las naciones que la integran. Según la ANDI, Bernardo Larraín, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) de Chile, entregó el cargo a Carlos Ignacio Gallego, presidente de Nutresa, quien lo desempeñará durante un año y se enfocará en promover la inversión, el empleo y la sostenibilidad empresarial en Colombia, México, Chile y Perú, países que conforman la Alianza. En el acto Gallego empezó a delinear un derrotero muy claro de lo que será su norte en tan importante cargo del bloque subregional clave, a tal punto que el 42% del comercio del área latinoamericana se hace entre las cuatro naciones que pertenecen a la Alianza y que el 84% de las exportaciones son no minero energéticas.
El nearshoring, clave
“La evolución empresarial requiere tener la capacidad de adaptación de las organizaciones, particularmente en un mundo tan volátil como el de hoy. La sostenibilidad empresarial entonces es la que favorece y permite que una empresa que nace pequeña y crece en el tiempo, pueda existir en el futuro y generar valor económico, social y ambiental… El contexto actual ha llevado a repensar las cadenas de valor, hay oportunidades en el nearshoring, y esa vuelta a la localidad, trabajar en cercanía es muy importante. Necesitamos construir una propuesta conjunta para que como Alianza del Pacífico podamos ir a conquistar nuevos mercados”. El nearshoring es un mecanismo por el cual una empresa transfiere sus procesos de negocio o de tecnología a terceros ubicados en destinos cercanos, con el fin de reducir costos.
Propuestas realistas (I)
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, dijo en el editorial de la última edición de la revista gremial, que “… Pese a que desde diferentes sectores han surgido propuestas para llevar al país por la senda de la reactivación, bien vale la pena aclarar que si bien es oportuno proponer, es más clave aterrizar esas propuestas a la realidad que vive Colombia. A los oídos y al deseo hay propuestas que pueden resultar llamativas: el famoso salario ‘del millón’, que resulta irreal, por cuanto la inflación causada de noviembre del 2019 a noviembre del 2020 fue de 1.49%... Qué bueno que los colombianos tengan más platica en el bolsillo para que puedan consumir más, pero hay que plantear una cifra racional y acorde con los parámetros de nuestra economía”.
Propuestas realistas (II)
“En lugar de hacer propuestas que a todas luces para algunos son deseables, pero que resultan irreales en el contexto económico que vive nuestro país como consecuencia del coronavirus, ¿qué tal si esa energía que se invierte en lanzar propuestas como las del salario mínimo o como la de la reducción de la jornada laboral, la enfocamos en dar una discusión seria respecto a la reforma laboral que por tantos años se ha pedido a gritos en Colombia y que es tan necesaria, como lo comprueban los indicadores de informalidad? ¿Qué tal si de una vez por todas Gobierno, Congreso, gremios de la producción, centrales obreras y sociedad civil enfocamos la energía en diseñar herramientas para generar trabajo digno y con todas las garantías y en igualdad de condiciones para las mujeres y los jóvenes, la población más afectada por el desempleo?”, precisó.