Varios congresistas ya tomaron nota de la nueva estrategia del Gobierno en cuanto a la reforma a la justicia, que ya no se buscará adelantar, como lo hizo la exministra Gloria María Borrero, en un solo gran proyecto de acto legislativo, sino que ahora se hará, como se dice en términos parlamentarios, a ‘cuentagotas’. La propia ministra Margarita Cabello reiteró la semana pasada que no se estaba pensando en presentar ante el Congreso una gran reforma a la justicia, sino una serie de reformas. “Desde actos legislativos hasta resoluciones por llamamientos de atención a los funcionarios del Ejecutivo, encaminadas a que la justicia llegue de verdad al ciudadano, a ese al que no le preocupa cómo se elige un Fiscal o un Contralor General, sino el robo de su celular o su reloj en la calle. No queremos que aumente la manifestación de justicia insatisfecha en el país”, dijo.
¿Al fin cómo?
Sin embargo, para un parlamentario de La U no se entiende cómo la Casa de Nariño cambia de opinión tan rápido, pues hacia abril el propio presidente Duque les había dicho a varios congresistas de ese partido político -que hace parte de su coalición oficialista- que la reforma a la justicia se presentaría de nuevo en la segunda legislatura y que sería consensuada antes no solo con las bancadas de Senado y Cámara sino con las altas Cortes, la Fiscalía y la academia. Sin embargo, precisó el parlamentario, “… desde entonces a hoy las relaciones entre el Gobierno y las altas Cortes se han tensionado por temas que van desde visas, fallos y recelos”, razón por la cual no hay “el mejor ambiente” para sacar en estos momentos adelante una gran reforma. Sin embargo, se confía en que Cabello, que viene de ser magistrada de la Suprema, utilice su empatía con los máximos tribunales para impulsar una reforma “por pedazos”.
Eln y países amigos
Aunque desde enero pasado, tras el atentado terrorista contra la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá, el gobierno Duque acabó con la negociación de paz con el Eln que ‘heredó’ de la administración Santos en Cuba, y que mantuvo congelada desde el primer día del mandato uribista, la guerrilla, cuya delegación se mantiene en La Habana esperando que el Ejecutivo reanude las tratativas, piensa acudir a los países amigos y acompañantes de las mismas, ¿qué busca? Según trascendió el objetivo de la facción insurgente sería denunciar ante los gobiernos de Cuba, Venezuela, Chile y Noruega la solicitud que realizó la semana pasada la administración Duque, que presentó ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla una solicitud formal de extradición de Juan de Dios Lizarazo Astroza, alias ‘Alirio Sepulveda’, integrante de la delegación negociadora elena. Si bien desde enero la Casa de Nariño había pedido a Cuba deportar a los negociadores insurgentes por estar relacionados con el atentado en Bogotá, ahora la situación escaló con la solicitud de extradición.
De aquello, nada…
No hay que olvidar que, precisamente, el Eln radicó a comienzos de este mes ante el Consejo de Seguridad de la ONU, al Vaticano, Suiza y el Comité Internacional de la Cruz Roja un documento que pide reanudar el diálogo con el gobierno. También entregó a Alemania, Holanda, Italia y Suecia un resumen de las fallidas negociaciones. Sin embargo, es claro que la administración Duque no tiene pensado reanudar las tratativas con los elenos y, por el contrario, a finales de la primera legislatura, en junio pasado, logró aprobar en el Congreso un proyecto de acto legislativo que impide que los delitos de narcotráfico y secuestro (de los más cometidos por esa guerrilla) puedan ser considerados como conexos con el delito político. Para no pocos observadores, esta reforma cierra las puertas a cualquier proceso con el Eln, ya que gran parte de su cúpula no podría ser indultada ni amnistiada.