Off the record | El Nuevo Siglo
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Jueves, 9 de Mayo de 2019
Redacción Política

Reforma fracasada

 

Minutos antes de que el Gobierno, por intermedio de la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, decidiera quitarle el apoyo al proyecto de reforma política que se discutía ayer en la Comisión Primera del Senado, el siempre crítico con la Casa de Nariño, senador Armando Benedetti, de La U (partido que hace parte de la coalición oficialista) había advertido en Twitter que se estaba votando la iniciativa “…sabiendo que se va a hundir porque los tiempos no alcanzan, solo para responsabilizar a la Cámara. Ni siquiera se llegó a un acuerdo, hay cuatro ponencias, es decir una ¡nueva reforma! Este muerto es del Gobierno”. Roy Barreras, del mismo partido y con igual sentido crítico, también había llamado a salvar la iniciativa, pero al final todo resultó infructuoso, ya que el Ejecutivo dejó de “insistir” en la aprobación del proyecto porque no contenía lo relativo a la lista cerrada y la participación del 50% de las mujeres en las mismas.

 

Cero y van dos…

 

Así las cosas, esta es la segunda gran reforma que se le hunde al gobierno Duque. Como se recuerda, la iniciativa que se presentó para hacer una reingeniería a la Rama Judicial fracasó a comienzos de diciembre pasado en el Congreso al no alcanzar ningún tipo de acuerdo político para salvarla, ya que para entonces estaba contra el reloj. Según se dijo en ese momento, a la Casa de Nariño le ‘cobraron’ no solo la debilidad de la coalición parlamentaria sino el caldeado ambiente que había creado el proyecto de reforma tributaria, sobre todo por la propuesta de un IVA del 18% para casi todos los productos de la canasta familiar. Incluso, con ocasión de ese hundimiento algunos congresistas del Centro Democrático, principal partido de gobierno, pidieron la cabeza de la ministra de Justicia, Gloria María Borrero.

 

Sin esperanzas

 

Sin embargo, ayer una alta fuente gubernamental le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que el fracaso del proyecto de reforma política no “fue una sorpresa” y que incluso ya estaba dentro de las previsiones que la iniciativa no alcanzara a ser aprobada antes de mediados de junio, cuando termina este tramo de legislatura. Ya el calendario estaba muy apretado y era difícil que se surtieran los cuatro debates (comisiones primeras y plenarias de Senado y Cámara) antes del 20 de junio. Como ya se había indicado semanas atrás en esta Sección, para un sector del Gobierno el articulado debía ser reformado a fondo, ya que durante los primeros cuatro debates a la iniciativa, en el segundo semestre del año pasado, se había “desfigurado” la intención depuradora de la propuesta inicial, lo que no le gustaba nada a la Casa de Nariño.

 

La “súper mermelada”

 

Lo cierto es que varios dirigentes partidistas daban por seguro que el proyecto de reforma política pasaría, toda vez que llevaba un artículo en el que la mayoría de los congresistas habían manifestado un alto interés. Se trataba de la propuesta para que el 20% de la partida de inversión en el Presupuesto General de la Nación para cada año pudiera tener el direccionamiento de los parlamentarios, que podrían sugerir, previa aprobación de Planeación Nacional, en qué obras, proyectos y programas se podría invertir. Para este año, ese porcentaje, por ejemplo, podría ser cercano a los $9 billones. Ese artículo, como se sabe, había generado una honda controversia porque se consideraba que se trataba de una “súper mermelada” que le estaba dando el Gobierno de manera frontal al Congreso.