¿Salida programada?

Tras la intempestiva renuncia ayer de Jorge Mario Eastman a la Secretaría General de la Presidencia de la República de inmediato se encendieron las hipótesis en torno a qué significaba la salida de una de las manos derechas del primer mandatario Iván Duque. Algunas fuentes de la Casa de Nariño indicaron que el relevo no fue sorpresivo y que tanto Eastman como el Jefe de Estado habían pactado, tras el triunfo en la segunda vuelta, en junio pasado, que el primero solo estaría en la Secretaría hasta que terminara todo el proceso de reorganización de ese departamento administrativo y quedara estructurado todo el andamiaje del nuevo gobierno, esto en cuanto a designación de ministros y altos funcionarios. Como todo ese proceso ya culminó, entonces la tarea de Eastman se completó y de allí que ahora dé un paso al costado para ir a un alto cargo diplomático y quedar en el banquillo de suplentes ministeriales.

¿Ajuste por gobernabilidad?

Otra lectura que se le dio a la salida del Secretario General es que la misma es la cuota inicial de un primer y esperado ajuste del presidente Duque a su equipo de asesores de primera línea en la Casa de Nariño, con el fin de replantear la estrategia de relacionamiento con el Congreso y los partidos. Para nadie es un secreto que desde distintos sectores políticos y de la prensa se ha indicado que la gobernabilidad del actual Mandatario está muy limitada y se requiere un timonazo urgente para corregir el rumbo de un país cada vez más polarizado. Entre los síntomas de ese problema de gobernabilidad de Duque estarían las fisuras en la coalición parlamentaria oficialista en Senado y Cámara, la descolgada en las encuestas, la dificultad creciente para hacer aprobar los proyectos gubernamentales en el Congreso y el agitado clima político y social en el resto del país.

Amín es el enlace

Sin embargo, una alta fuente palaciega le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que Eastman cumplía una labor como Secretario General muy distinta a las de sus antecesores en los gobiernos Santos y Uribe, quienes manejaban el llamado “computador de Palacio” en el que aparecían todas las cuotas burocráticas que se daban a los congresistas y dirigentes partidistas, y que se movía a cada tanto para poder superar algunas coyunturas políticas y de agenda parlamentaria. Según la misma fuente “…Eastman vino a reorganizar la Secretaría de la Presidencia y eso hizo… Aunque tenía que entenderse con los partidos y demás, el enlace político y la labor de carpintería con la coalición y el resto de las bancadas es tarea principal de Amín (Jaime, exsenador uribista y hoy Consejero Presidencial para Asuntos Políticos) y no de Eastman… Allí se equivocan algunos periodistas”.

¿Ceballos a Interior?

Sin embargo, para otros analistas Eastman sí cumplía labores de enlace y puente político de la Casa de Nariño y “…todo el Congreso y los partidos lo sabían”. Dadas las dificultades del Gobierno para lograr el apoyo cerrado de su coalición a sus principales apuestas en el Parlamento y los peros cada vez más fuertes de los partidos independientes (Liberal y Cambio Radical) a la agenda parlamentaria gubernamental, Duque habría decidido, por fin, ajustar su equipo de asesores principal así como aplicar uno o dos cambios en el gabinete. Por ejemplo, ayer se decía en los corrillos políticos que podría salir de la cartera del Interior Nancy Patricia Gutiérrez y llegar en su reemplazo el hoy Alto Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, de la entraña uribista y con buenos contactos con otros partidos de la coalición y de la franja de los independientes.