Off the record | El Nuevo Siglo
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Jueves, 22 de Noviembre de 2018
Redacción Política

Hundido, pero…

La plenaria del martes en el Senado fue, sin duda, una de las más interesantes de lo que va corrido de esta legislatura, empezando por el hecho, a toda luz sui generis, de que el orden del día no se modificó pese a que el Secretario General de la corporación explicó de forma clara que, calendario en mano y sin descansar un solo día, ya estaban agotados los tiempos para los debates a la iniciativa que creaba las 16 curules en la Cámara para las víctimas del conflicto y la que proponía una modificación en la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) para activar una instancia diferenciada de juzgamiento a los militares y policías.

 

Pulso político

 

El Secretario fue claro en que sesionando de lunes a domingo y siendo aprobados en la Comisión Primera y la plenaria de la Cámara ambos proyectos sin dilación alguna, estos dos actos legislativos solo podrían terminar su trámite el 19 de diciembre, pese a que, legalmente, deberían ser aprobados antes del 16. En otras palabras, que los proyectos ya estaban hundidos y era inútil debatirlos y votarlos. Aun así, por votación la plenaria decidió no sacarlos del orden del día y proceder a su discusión. Fue claro que lo que se quería era dejar un mensaje político en torno a que si se sometía a votación el proyecto de las curules que lideraba Roy Barreras, había mayorías para aprobarlas pese a la oposición del Centro Democrático, con un proyecto alternativo minoritario.

 

La ‘chiva’ de Petro

 

También llamó la atención que la oposición aprovechara el escenario, sobre todo porque no se impuso un límite de tiempo a las intervenciones, para hacer más de una denuncia y maniobra política. Por ejemplo, el senador Gustavo Petro ‘chivió’ a todos los periodistas y congresistas al revelar que la Contraloría de Bogotá le había impuesto una segunda multa millonaria por su actuación como alcalde de Bogotá, esta vez por el equivalente a 30 millones de dólares, con lo que –dijo– ahora debía pagar al fisco el equivalente a 130 millones de dólares. Es más, Petro denunció que el presidente Duque, como superior jerárquico de la Superintendencia de Servicios Públicos, le tenía “embargado” el sueldo. Para Petro, este asunto era llamativo porque él y Duque se enfrentaron en los recientes comicios presidenciales y ahora, como excandidato y senador, fungía como jefe de la oposición a la Casa de Nariño.

 

La jugada de Robledo

 

Pero la jugada más comentada de la plenaria del martes en la noche fue la del senador del Polo, Jorge Enrique Robledo, que acudió al Estatuto de Oposición para evitar que le embolataran el debate que le quiere hacer al fiscal Néstor Humberto Martínez por el nuevo pico del escándalo Odebrecht y la actuación del hoy jefe del ente acusador años atrás como asesor jurídico del grupo Aval. El Estatuto establece que por lo menos tres veces dentro de cada legislatura la oposición tiene el derecho de definir el orden del día del Senado y es de obligatorio cumplimiento para la mesa directiva. Como el Estatuto apenas si está debutando, esa figura nunca se ha aplicado, pero Robledo logró el respaldo de todos los partidos de oposición para pedir que el 4 de diciembre se estrene, con el debate a Martínez a bordo. Nadie esperaba esa movida.

 

El carisma de Mockus

 

También quedó claro en el debate del martes en la noche que el senador Antanas Mockus continúa teniendo un talento especial para aplicar sus experimentos sociológicos a la política. Logró, pese a la reticencia inicial del expresidente Uribe, que hiciera un “ejercicio de confianza y tolerancia” en plena plenaria con el senador del Polo, Alberto Castilla, lo que le generó aplausos de todos sus colegas y distensionó un debate muy álgido a esa hora.