Más gabinetología
En los corrillos políticos la gabinetología está a la orden del día y a cada hora surgen y se descartan muchos nombres de posibles integrantes de la próxima nómina ministerial. Se dice, por ejemplo, que el exalto comisionado de Paz, Camilo Gómez, uno de los dirigentes más cercanos al expresidente Andrés Pastrana, podría ser un candidato a una de las carteras, y por eso figura en los equipos de empalme. Igualmente se habla de que varios de los congresistas uribistas electos estarían pensando en no asumir la curul para poder quedar en disposición de ser llamados a un alto cargo por el presidente Iván Duque. Sin embargo, un periodista de EL NUEVO SIGLO indagó a un senador reelecto del Centro Democrático al respecto y este dijo que eso era “pura carreta”. También descartó que el expresidente Uribe quiera asumir la presidencia del Senado y dijo que la más opcionada al cargo sería María del Rosario Guerra, por encima de Ernesto Macías, quien también aspiraría a esa dignidad.
¿Frontera militarizada?
En la oposición venezolana se afirma que el gobierno del presidente Nicolás Maduro no descarta ordenar una completa militarización permanente de la frontera con Colombia, una vez asuma el poder el presidente Duque. Para los partidos contradictores del chavismo esta sería una cortina de humo con el objetivo de ‘esconder’ los campamentos del Eln que se encuentran en varios estados venezolanos limítrofes con nuestro país. Incluso voceros de la oposición han denunciado que guerrilleros del Eln estarían ‘apoyando’ a las milicias chavistas en las presiones a sectores poblacionales que le hacen contrapeso político a Maduro y compañía en la zona fronteriza, sobre todo en los estados de Táchira, Zulia y Apure.
Unasur sin norte (I)
Y hablando de Venezuela y lo que será su relación con el gobierno que se posesionará el próximo 7 de agosto, un alto cargo de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) le habría dicho a varios diplomáticos de la región que ese ente multilateral sigue funcionando pero que no se puede esconder que lo hace a medias, desde que en abril pasado los gobiernos de Colombia, Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y Perú decidieron suspender su participación hasta que no "se garantice el funcionamiento adecuado de la organización". Es claro que difícilmente en el gobierno Duque esa situación va a cambiar. Incluso el presidente electo dijo semanas atrás que la “Unasur fue creada para ser el instrumento de complacencia, validación y complicidad con el régimen de Venezuela. Unasur fracasó por su incapacidad para denunciar los corredores del narcotráfico transfronterizos”.
Unasur sin norte (II)
Lo cierto, por el momento, es que la Unasur continúa a la deriva. Paradójicamente el pasado 23 de mayo celebró el décimo aniversario de la firma del Tratado Constitutivo, mediante el cual los doce Estados miembro ratificaron la creación del bloque como organismo internacional que tenía como objetivo impulsar la integración suramericana en su más amplio concepto. Desde el pasado 17 de abril, Bolivia asumió el ejercicio efectivo de la Presidencia Pro Tempore de la Unasur. Aunque Bolivia ha tratado de convencer a los países que se apartaron de reactivarse en el bloque, la decisión de estos continúa siendo la de que no hay garantías de manejo político e ideológico objetivo e imparcial.