A punto de completar la primera semana como presidente electo, Iván Duque continúa definiendo lo que será su primera línea de asesores para cuando se instale en la Casa de Nariño. Se dice que no habrá mayores sorpresas frente a lo que fue su equipo más cercano en la cúpula de la campaña electoral. Aunque en los días recientes se indicó en los corrillos parlamentarios que eran muchos los dirigentes políticos y exfuncionarios uribistas que estaban ‘haciendo fila’ para ver si eran llamados a Palacio, lo cierto es que serán muy pocos los escogidos, e incluso los perfiles de no pocos tecnócratas serían la mayoría. En cuanto a que algunos  exministros de los gobiernos de Álvaro Uribe estarían volviendo a sus antiguas carteras, una alta fuente del Centro Democrático dijo que, “salvo un caso que ya todos conocen”, no veía ninguna posibilidad de que ello ocurra.

Campanazo de ONG

La llegada del uribismo de nuevo al poder en Colombia ha prendido las alarmas en algunas redes de ONG que trabajan en el campo de los derechos humanos. Por ello, ya se están preparando un pronunciamiento público en donde la pedirán al presidente entrante Iván Duque precisiones sobre lo que será su gobierno en tres puntos muy específicos: plan para frenar asesinato de líderes sociales; interlocución con las ONG y cómo se estructurará el nuevo sistema de defensa de los derechos humanos.

Corrientes rojas

En las toldas del liberalismo hay tres corrientes respecto a lo que será el futuro inmediato y a mediano plazo de la colectividad. Por ejemplo, para algunos senadores debe convocarse para los próximos meses un congreso programático que permita, no redefinir la plataforma ideológica, que consideran que continúa siendo válida, pero sí la estrategia política para poderla implementar, incluyendo una hoja de ruta legislativa alrededor de tres o cuatro proyectos bandera para empujar y liderar en el primer año del gobierno Duque. “… La idea es que esos proyectos los defendamos en todo lado, todo escenario, nos hagamos dueños del tema”, precisó un parlamentario liberal.

Temas de nombres

Las otras dos tendencias rojas son menos profundas y apuntan más a cambios de personas. Un bloque, como se sabe, es partidario de que el expresidente César Gaviria dé un paso al costado y deje que una dirección colegiada asuma el mando del partido, con una agenda de trabajo hacia adelante y sobre la base de si se llega o no a un acuerdo de coalición con el gobierno Duque. Y claro, está una tercera corriente que es partidaria de que el exministro Juan Fernando Cristo sea el nuevo timonel rojo y negocie con la Casa de Nariño si el liberalismo va o no a las mayorías parlamentarias. En estas dos corrientes hay objetivos en común en relación al proceso de elección del Contralor General y de los magistrados del Consejo Nacional Electoral, que debe llevar a cabo en las primeras semanas después de que se instale el nuevo Parlamento, el próximo 20 de julio.

¿Cambios automáticos?

Tras ser consultado sobre la viabilidad de volver a presentar un proyecto de ley que vuelva a proponer bajar del 12 al 4 por ciento los aportes a la salud por parte de los pensionados, un parlamentario de los más experimentados indicó que legalmente no le veía mayor dificultad, pero no “… entiendo la lógica de que por el simple cambio de gobierno la situación fiscal del país mejora de manera sustancial o los cálculos sobre el impacto fiscal de esa medida en el corto, mediano y largo plazos cambia sustancialmente…”. Como se sabe, este proyecto fue aprobado por el Congreso pero el Gobierno lo objetó debido al alto impacto fiscal que tendría reducir en dos terceras partes el aporte de los jubilados a su servicio de salud. El Parlamento no aceptó las objeciones y todo quedó en manos de la Corte Constitucional que el miércoles sentenció que el Ejecutivo tenía la razón.