Quejas en La U
En las toldas de La U hay varios parlamentarios que consideran que no hay en estos momentos ningún tipo de liderazgo claro en ese partido y que, por el contrario, parece un barco que navega en altamar sin brújula, timonel ni piloto automático. Según se lo dijo a este Diario un dirigente de esa colectividad, La U atraviesa un “proceso de rápido marchitamiento” que podría llevar a que la colectividad sea absorbida en menos de dos años. Incluso, según una fuente consultada, la situación de “postración política” es de tal dimensión que ya algunos senadores y representantes electos asoman síntomas de rebelión, recalcando que no se entiende por qué un partido que tiene todavía una bancada determinante en el Congreso, así ya no sea la mayoritaria de antes, anda tan de capa caída.
Aprender de los godos
Consideran algunos de los congresistas de La U que hay que “aprender de los godos”, ya que teniendo estos últimos en el nuevo Congreso menos curules que en el saliente, se saben “mover” para volverse importantes y, sobre todo, necesarios tanto en el Parlamento como para la próxima coalición gubernamental, sea quien sea el quien el nuevo titular en la Casa de Nariño. Pese a ello, otros senadores de La U son de la opinión de que puede que en estos momentos el partido no esté siendo muy tenido en cuenta en la recta final de la campaña presidencial, pero que esta situación cambiará a partir de la noche de domingo 17 de junio o el lunes siguiente, cuando el Presidente electo tendrá que empezar a conformar su coalición.
Carrusel de curules
En medio del homenaje, el pasado martes, al senador conservador Roberto Gerlein, quien se retira del Parlamento tras cinco décadas de ejercicio, varios congresistas trajeron a cuento que, si se aprueba la consulta popular anticorrupción, carreras políticas como las del dirigente del Atlántico no se volverán a repetir. Esto porque la referida consulta plantea que como máximo se podrá estar tres períodos en cada corporación colegiada de elección popular. Sin embargo, a renglón seguido, varios parlamentarios precisaron que ahora lo que podría ver es que los clanes políticos familiares alternarán a los suyos como candidatos a Senado y Cámara, en una especie de carrusel. De esta manera, el objetivo detrás de la consulta, en materia de renovación política, se difuminaría.
Duque y los azules
No hay consenso en las toldas del Partido Conservador en torno a quién llevaría la vocería y representación de la colectividad en un eventual gobierno de Iván Duque. Para algunos, el conducto regular podría ser la posible vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, pero para otros ese rol se lo trataría de disputar el propio expresidente Andrés Pastrana, de quien también se dice podría ir a una de las principales embajadas en Europa. Hay una tercera corriente de quienes sostienen que Ramírez o Pastrana solo llevarían la vocería y representación de un sector de los conservadores, específicamente de los que estuvieron con Duque desde la primera vuelta, pero que los que apoyaron a Germán Vargas Lleras en esa instancia y luego, para la segunda, respaldaron al aspirante uribista, tratarían a toda costa de tener una interlocución directa con el eventual Jefe de Estado.
Difícil reemplazo
En los gremios económicos hay muchas cábalas sobre el nombre del próximo Ministro de Hacienda, no solo por la difícil tarea de suceder a un zar de las finanzas del reconocimiento y trayectoria de Mauricio Cárdenas, sino porque tanto Iván Duque como Gustavo Petro proponen de entrada una serie de ajustes tributarios y de gasto público e inversión que solo podrán ser viabilizados en el Congreso. Convencer al Parlamento de trabajar en esa dirección no será nada fácil y menos aun cuando apenas si se está aplicando el segundo tramo de medidas adoptado en la reforma tributaria de 2015.