Maquinarias no prendieron
Siguen los ecos a que pasó hace ocho días en la votación de la primera vuelta presidencial. El martes, cuando se reanudó la actividad legislativa, uno de los más veteranos senadores de la costa Caribe fue preguntado por varios periodistas en torno a por qué las maquinarias políticas de esa región política no habían funcionado para varios aspirantes a la Casa de Nariño. Medio en serio y medio en broma, el congresista les dijo a los reporteros que el problema no fue que las maquinarias fueran derrotadas, sino que “en muchos casos” ni siquiera se prendieron para movilizar los votos. “… Hubo mucha foto en Bogotá con los candidatos, y poco trabajo en las regiones con los votantes”, sentenció el senador, al que varios de sus colegas le ofrecían “pomada” para la “quemada”.
Mayoría de 55 votos
Y hablando del Congreso, es claro que a partir del próximo 20 de julio van a cambiar algunas de las reglas del juego en materia de mayorías en las plenarias y las comisiones. Esto por cuenta de la posesión de los cinco senadores y cinco representantes a la Cámara de las Farc. Por ejemplo, al elevarse a 108 senadores el pleno de esa corporación (sumando que el candidato presidencial perdedor en segunda vuelta tendrá curul automática), entonces la mayoría para proyectos que requieran votación calificada será de 55 votos. También hay incertidumbre respecto a en qué comisiones quedarán los parlamentarios de la guerrilla desmovilizada, pues no en todas tendrán representación, ya que hay siete comisiones permanentes en Senado y siete en Cámara y los congresistas farianos sólo podrán estar máximo en diez.
En cinco de siete…
Pero la cuestión va más allá. Para algunos parlamentarios los ajustes a la Ley Quinta o reglamento interno del Congreso para establecer cómo y a qué comisiones deben ir los diez senadores y representantes del partido Farc deben adoptarse por ley, lo que hasta el momento no se ha podido concretar en el Parlamento. También parecería claro que, una vez entre en vigencia el Estatuto de la Oposición (aprobado el año pasado por el Congreso pero pendiente de un ajuste en el Parlamento por orden del fallo de abril pasado de la Corte Constitucional), el partido Farc podría hacer parte de las directivas de Senado y Cámara en alguna de las cuatro legislaturas del cuatrienio. Claro, sólo en el caso de que se declare como un partido de oposición. Esto sería posible si el presidente es Iván Duque y no Petro.
¿Más partidos por firmas?
Uno de los puntos centrales de la próxima reforma política y electoral, que el nuevo Congreso tramitaría en su primer año, tendría que ver con la eliminación de voto preferente. Aunque no es un tema nuevo y en proyectos ya hundidos en el Parlamento se había propuesto, lo interesante de la nueva iniciativa es que obligaría a los partidos a aplicar mecanismos de democracia interna para la conformación de las listas de candidatos a los cuerpos colegiados de elección popular (Congreso, asambleas, concejos y juntas administradoras locales). Frente a ello, también se corre el riesgo de que se dispare el número de movimientos significativos de ciudadanos que se lancen a buscar firmas para respaldar listas de quienes no quieran someterse a las disciplinas partidistas.