Farc no darían papaya…
La captura del excabecilla de las Farc y desmovilizado alias ‘Jesús Santrich’ no va a romper el proceso de paz. Por lo menos así lo ve un exasesor gubernamental que estuvo por un buen tiempo en las negociaciones de La Habana. Según la fuente consultada por un periodista de EL NUEVO SIGLO, en las propias Farc se había advertido “que no se diera papaya” porque era sabido que todos los movimientos de los jefes estarían siendo monitoreados por las autoridades colombianas y estadunidenses. Según el exasesor este tema se habló en repetidas ocasiones en el tramo final de las discusiones en Cuba y los propios negociadores subversivos admitían que si reincidían en la delincuencia perderían todos los beneficios de la justicia transicional y se exponían a largas penas de prisión así como al riesgo cierto de la extradición a Estados Unidos. Según la fuente, los propios voceros de las Farc advertían que no exponerse a un riesgo tan alto era ya de por sí “…una de las garantías implícitas de que esa facción insurgente iba a cumplir con todo lo acordado tras más de cuatro años de negociaciones”.
‘Algo habrá…’
En la propia cúpula de las Farc, si bien se condenó la captura de ‘Santrich’ y se determinó que la reacción oficial sería señalar la existencia de un montaje jurídico en su contra, hay quienes admiten en privado que algo debe haber pasado ya que ni el presidente Santos como tampoco el fiscal Néstor Humberto Martínez o la misma justicia de Estados Unidos se iban a arriesgar a una movida tan complicada para el acuerdo de paz sin tener las suficientes pruebas para sustentar la captura con fines de extradición de un excabecilla desmovilizado.
Caso ‘Trinidad’ en retrovisor
En la reunión que sostuvieron las directivas del partido Farc hasta altas horas de la noche el pasado lunes, analizando las implicaciones de la sorpresiva detención de ‘Santrich’ y los pronunciamientos tanto del Presidente de la República como del Fiscal General, se trajo a colación el caso el cabecilla subversivo alias ‘Simón Trinidad’, extraditado hace muchos años a Estados Unidos y condenado allí por narcotráfico y secuestro. Se recordó que pese a las intensas presiones que se hicieron sobre el gobierno Santos para que en la recta final del gobierno Obama se intercediera ante la Casa Blanca para facilitar la repatriación a Colombia del exintegrante del ‘estado mayor’ fariano, todo resultó infructuoso. Peor aún, las esperanzas de que recuperara su libertad quedaron reducidas a cero una vez asumió la presidencia norteamericana Donald Trump.
¿Coletazo en Quito?
Lo ocurrido con este caso tiene pensando a más de un analista respecto a las implicaciones que tendrá en las negociaciones que están adelantando el Gobierno y la guerrilla del Eln en Quito. Es claro, en opinión de varios observadores, que el riesgo de extradición es uno de los que más le preocupan a los cabecillas ‘elenos’ y es evidente que por más que se presione a un gobierno para que otorgue gabelas a los desmovilizados nunca se podrá lograr un compromiso de prohibición definitiva de la extradición.
Los viajes a Cuba
‘Santrich’ era seguido desde hace varios meses en el marco de la investigación antidroga liderada por la DEA y, según trascendió ayer, en varias ocasiones los agentes temieron que los viajes del excabecilla desmovilizado (y electo parlamentario) a Cuba, en donde seguía un tratamiento médico, terminaran por frustrar la posibilidad de su captura. Sin embargo no se precipitó el operativo en su contra ya que los agentes encubiertos de la DEA esperaron hasta tener el suficiente soporte probatorio en su contra, incluyendo el rastreo de la entrega de una pequeña muestra de la droga y un primer pago por más de tres millones de dólares.