En el partido Conservador se están planteando seriamente si no es hora de optar por alinearse con el fiscal general Néstor Humberto Martínez en cuanto a su propuesta de reformar lo relativo a la despenalización del porte de la dosis mínima de drogas. Para varios de los senadores electos –tanto debutantes como repitentes- este podría ser un tema en el que el conservatismo podría empezar a marcar fronteras ideológicas con otras colectividades, que es una de las metas que se han puesto en la bancada de cara a lo que será la actuación de la colectividad en el Congreso que se posesionará el 20 de julio próximo. Incluso se sabe que varios de los congresistas azules han insistido en que el Directorio debería fijar una agenda de proyectos de gran calado para presentar en la primera legislatura. Proyectos que tendrían que hacer parte de un acuerdo programático con el candidato presidencial al que se respalde.
Las cuentas en el Congreso
En cuanto a cómo sería un debate en el Congreso sobre una reforma al porte de la dosis mínima de estupefacientes, se dice que a la postura del jefe del ente acusador se estarían sumando la bancada de Cambio Radical, el grueso de la conservadora, la del Centro Democrático e incluso las de los católicos y cristianos, lo que les daría las mayorías, al menos en materia en materia numérica. En la otra orilla estarían La U, los liberales, la Alianza Verde y el Polo, que no tendrían los votos necesarios para forzar que la iniciativa del Fiscal se hunda o sea fuertemente morigerada.
La U, uribismo y coherencia
“El palo no está para cucharas”. Esa fue la frase con que un senador de La U le respondió a un periodista radial si esa colectividad estaba contemplando algún tipo de acercamiento en bloque o institucional con el Centro Democrático. Según el congresista, “… la política puede ser muy dinámica, pero hay unos límites que no se pueden cruzar”. Agregó que “hasta el momento” veía a más parlamentarios inclinados a irse a las toldas de Germán Vargas Lleras o incluso a “pasar de agache” que a enfilarse a las filas del uribismo. Puntualizó que, “por el momento” La U continuaba en “época de reflexión” y que solo la próxima semana se volverá a reunir la bancada, sin que ello signifique que se vaya a tomar la decisión de forma inmediata.
Ojo al segundo trimestre
Los gremios económicos consideran que el primer trimestre de la economía fue potable y así lo indican la mayoría de los indicadores. Sin embargo, algunos voceros de sectores productivos alertan que la recta final de la campaña presidencial en el segundo trimestre podría desacelerar el rebote económico, porque hay muchas inversiones y proyectos que estarán en stand by mientras se define la sucesión en la Casa de Nariño. Por el momento, se dice que los altos círculos económicos que los llamados “cacaos” le están apostando sólo a dos campañas y que consideran que si gana alguno de esos dos candidatos entonces la hoja de ruta del país en materia macroeconómica no tendrá mayor variación.
Paradojas del PIB y pobreza
El optimismo por el rumbo de la economía en lo que va corrido de este 2018 no deja de ser paradójico. Por ejemplo, entre los voceros sindicales se insiste en que Colombia es el “país del Sagrado Corazón”, ya que en ninguna otra nación se da la paradoja de que la pobreza disminuye en un año en el que el Producto Interno Bruto apenas creció 1,8%, confirmando la tendencia de desaceleración productiva. Sin embargo, en los balances que se están confeccionando en el Gobierno con miras a entregar su último y definitivo corte de cuentas, hay la instrucción desde la Casa de Nariño de relievar lo más posible la mejoría de todos los indicadores sociales.