Al cierre de la primera semana de enero queda claro que el Gobierno, si bien confía en que mañana los negociadores oficiales y los del Eln, en la reanudación de las tratativas en Quito, puedan avanzar rápidamente hacia la eventual prórroga del cese el fuego bilateral y definitivo, no quiere tomar ningún tipo de riesgo. De allí que haya puesto en alerta a toda la Fuerza Pública así como ordenado redoblar la vigilancia sobre la infraestructura petrolera, en prevención de ataques a oleoductos, tractomulas y otros elementos de esa industria que han sido blanco del accionar terrorista de esa guerrilla. Se teme que si al interior del Eln ya se tomó la decisión de no prorrogar la tregua y dicha determinación se comunicó a sus frentes de guerra más beligerantes, entonces el país estaría en el riesgo de enfrentarse antes de que termine enero a una escalada terrorista.
Las incógnitas elenas
“… Es muy difícil descifrar al Eln… Lo que se puede medio entender de sus últimos pronunciamientos es que no ve que la continuidad de las negociaciones debe estar atada al tema del cese el fuego… También podría tratarse de una táctica para romper la tregua por algunos días o semanas, hacer demostraciones de fuerza militar o capacidad de ataque a la infraestructura y la Fuerza Pública, y fortalecer por esa vía su posición negociadora en la mesa… Si usted me pregunta, el mayor riesgo que en estos momentos hay en el proceso con el Eln es el temor de su comando central y de todo su pie de fuerza a ser vistos como un apéndice y actor secundario del acuerdo de paz con las Farc… Pero el asunto se podría complicar más si, como temo, el Eln ya no se mueve con respecto al gobierno Santos y cómo equilibrar la mesa en Quito, sino que quiere posicionarse en la agenda de los presidenciables y la campaña… Allí estos siete meses antes del relevo en la Casa de Nariño podrían ser muy difíciles”, precisó un dirigente que años atrás hizo parte de una delegación de contactos con el Eln.
¿Traslado de cabecillas al Chocó?
Pero en otras instancias la lectura sobre lo que podría pasar en Quito a partir de mañana es menos pesimista. Incluso trascendió días atrás que dentro de la carpeta de posibles soluciones que el Gobierno presentaría en la Mesa para destrabar las tratativas temáticas y asegurar la prórroga del cese el fuego, estaría la opción de que una delegación de los negociadores subversivos pudiera trasladarse a regiones críticas como el Chocó para hablar con los comandantes de los frentes de esa zona, a los que se ha acusado de violar la tregua y tratar de boicotear el ritmo de las negociaciones. El viaje se haría en aeronaves con emblemas y protección del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), tal como en su momento ocurrió con los cabecillas de las Farc que desde La Habana se desplazaron a Colombia para hablar en los campamentos subversivos en pleno pico de disidencias.
De Quito no se moverán
Un último dato. El acuerdo para instalar la mesa e iniciar las negociaciones de paz entre el Gobierno y el Eln preveía la posibilidad de rotar las sedes de las tratativas en países como Brasil, Venezuela, Chile y Cuba. Sin embargo, la cuestión se complicó en el primer país, en donde el gobierno de izquierda salió del poder, al igual que pasó en Chile, en tanto que en Cuba todavía no está en claro cómo será la sucesión de Raúl Castro a partir de abril. Y, por último, se sabe que en Venezuela la crisis política, económica, social e institucional que atraviesa esa nación y la inestabilidad del gobierno Maduro hace imposible por el momento albergar un proceso de paz. Así las cosas, entonces las negociaciones difícilmente se moverán de Quito en el corto plazo, más ahora que el gobierno de Lenín Moreno reiteró su apoyo a las tratativas.