Hay mucha expectativa en círculos políticos y jurídicos sobre la alternativa a la que acudiría la senadora liberal Viviane Morales para poder lanzar, el próximo 15 de enero, su candidatura presidencial. Como lo informó ayer EL NUEVO SIGLO, tanto altas fuentes del CNE como abogados expertos en temas electorales, tipo Alfonso Portela, consideran que no hay ninguna posibilidad de que ella pueda inscribirse como aspirante, ya que al ser congresista activa del liberalismo y este partido ya no poder avalar su candidatura, cualquier otra colectividad que la inscriba correría el riesgo de perder su personería jurídica por manifiesta y evidente doble militancia. Sin embargo, un senador de las toldas rojas dijo ayer que Morales “sí puede anunciar que será candidata presidencial… sí, para 2022 y a nombre del partido que piensa crear después de mitad de año, cuando deje la curul y renuncie al liberalismo”.
¿Cuál será la fórmula de Morales? (II)
Sin embargo, otro parlamentario liberal, consultado ayer por un periodista de este Diario, indicó que Morales es una senadora muy seria y constitucionalista muy estudiosa, que además fue Fiscal General y ha estado detrás de varios de los intentos de reforma política en los últimos años, por lo que “… tiene alguna ruta jurídica que intentará para ser candidata para 2018… Creo que no le resultará cualquiera sea la alternativa a que acuda, pero buscará sentar un precedente político y jurídico… Al principio pensé que acudiría a la misma táctica que algunos partidos ya desaparecidos intentaron ante el CNE para tratar de revivir su personería jurídica pero esa ventana ya el alto tribunal descartó, por más que se alegará un tratamiento similar al excepcional para crear el partido de las Farc”.
¿Se equivocó Naranjo?
Algunos allegados al vicepresidente Óscar Naranjo consideran que el exdirector de la Policía pudo haber cometido un error al haber aceptado ser el reemplazo del segundo a bordo de Santos, Germán Vargas Lleras. La tesis es que a Naranjo no le ha ido muy bien como Vicepresidente, porque no ha tenido el rol protagónico que el Presidente había anunciado como el coordinador de la implementación del acuerdo de paz con las Farc, al tiempo que el aumento desmesurado de los narcocultivos en los últimos años y sus polémicas explicaciones al fenómeno, han afectado su credibilidad tanto a nivel nacional como internacional. De igual manera, en temas de seguridad urbana, protección de líderes sociales y estrategias contra el rebrote de la violencia por parte de las disidencias de las Farc, otras de sus tareas, los resultados no han sido los mejores. Es evidente, creen algunos de sus allegados, que si Naranjo no fuera Vicepresidente de reemplazo, hoy estaría en la carpeta de más de un candidato presidencial para que fuera su fórmula para el periodo 2018-2022.
Tres preocupaciones gremiales
Los líderes gremiales del sector económico están muy preocupados en este comienzo de año por tres temas muy puntuales. En primer lugar, que los pronósticos internos y externos sobre lo que será el desempeño del sistema productivo a corto plazo no son los más esperanzadores e incluso hay algunos que no ven un PIB anual para 2018 más allá del 2,5%. En segundo lugar, se teme que las otras dos grandes calificadoras de riesgo (Fitch y Moody’s) también puedan bajarle la nota a Colombia, como lo hiciera semanas atrás Standar & Poor’s. Y, por último, a muchos dirigentes gremiales los sorprendió que el Gobierno hubiera autorizado un nivel tan alto de reajuste en el salario mínimo para 2018, e incluso no dudan en señalar, en privado, que el presidente Santos rayó en el “populismo” al haber aumentado el sueldo básico en 5,9%, precisamente en momentos en que apenas le quedan siete meses de mandato y cuando sus niveles de desfavorabilidad y mala imagen están en niveles críticos.
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