Un reputado penalista colombiano llamaba la atención ayer en torno a que, como suele decirse popularmente, “mal de muchos, consuelo de tontos”. La referencia del abogado, que ha llevado importantes procesos ante la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia, hace alusión a la decisión de la justicia de Brasil de permitir que Marcelo Odebrecht, jefe del consorcio multinacional que está detrás del más grande escándalo de sobornos en América Latina en la última década para hacerse con contratos de obras públicas, pueda terminar de pagar su pena de diez años de prisión en su mansión en Sao Paulo.
Casa-cárcel para Odebrecht (II)
“Odebrecht fue condenado a diez años por el escándalo Petrobras- Lava Jato, y no ha completado ni tres años de prisión, pero como colaboró con la justicia y ordenó lo mismo a sus casi ochenta altos funcionarios en todo el continente para revelar la trama de los sobornos, entonces recibió beneficios penales y penitenciarios... Se va para prisión domiciliaria en su mansión, apenas con un poco más del 25 por ciento de su condena tras las rejas… No he visto en Brasil mayores reacciones al tema, como sí ocurre en Colombia frente a la condena que se le impuso días atrás al ex viceministro Gabriel García por los sobornos y el tráfico de influencias para la licitación del segundo tramo de la Ruta del Sol”, dijo el penalista.
Transaccionismo judicial
Según el mismo abogado, quien habló off the record con EL NUEVO SIGLO, en toda Latinoamérica hay una creciente tendencia en materia de Política Criminal inspirada en el modelo estadounidense, mediante la cual hay un “excesivo transaccionismo” con el sindicado a cambio de información que permita revelar el grueso de la organización criminal, su modus operandi e incluso recuperar, vía entrega de bienes, dineros y otros elementos, parte de lo perdido por lo público o lo privado o “para resarcir” el daño causado al bien jurídico violado.
EU, Brasil, Colombia…
Según el penalista no hay mayores diferencias entre el excesivo poder de la negociación que tienen los fiscales y jueces en Estados Unidos con los narcotraficantes colombianos extraditados, frente a lo ocurrido con Odebrecht en la justicia brasileña, que se replicó con la gran mayoría de sus directivos y exdirectivos a nivel continental, y lo que pasa en Colombia con los llamados “principios de oportunidad” o acuerdos para el allanamiento a los cargos y la conversión de los principales imputados en testigos de cargo contra quienes fueron sus cómplices en los distintos ilícitos . “¿Acaso hay alguna diferencia entre lo que pasó con Marcelo Odebrecht en Brasil, con García en Colombia o con los narcos colombianos extraditados en Estados Unidos que tras negociar con la DEA logran acuerdos y quedan libres en poco más de cinco años?”, puntualizó el penalista consultado.
Sorpresa uribista
En las toldas del uribismo se mostraron bastante sorprendidos por las versiones de prensa, sustentadas en declaraciones del expresidente Andrés Pastrana, según las cuales ya se estaría concretando un acuerdo en la dirección de que la fórmula de la coalición estaría compuesta única y exclusivamente con Marta Lucía Ramírez e Iván Duque. Según las mismas versiones, ya sea por una consulta popular, una encuesta o un consenso interno entre el uribismo y el pastranismo, se decidirían cuál de ellos aspiraría a la Presidencia y cuál a la Vicepresidencia. “… No tenemos ni idea de dónde salió esa versión… Los compromisarios de la coalición no han tomado ni presentado propuesta alguna al respecto y todo hace parte de una especulación, no sabemos con qué objetivo”, dijo un parlamentario uribista a EL NUEVO SIGLO.
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