Varios medios radiales reportaron ayer en la mañana que el nombre del expresidente César Gaviria volvió a posicionarse como firme candidato para asumir las riendas del Partido Liberal, una vez pase el congreso de esa colectividad que tendrá lugar mañana y el viernes en la capital del país. Según esas informaciones, Gaviria se reunió con gran parte de la bancada en una cena en su casa y de allí habría salido repotenciada la posibilidad de ser designado como jefe único de las toldas rojas y tener a su cargo el manejo de la estrategia política y electoral para los comicios parlamentarios y presidenciales. Sin embargo para que eso sea posible al exmandatario le tocaría superar tres escollos. De un lado, distensionar sus relaciones con el precandidato y senador Juan Manuel Galán (el mejor posicionado en las encuestas), quien ha insistido en que Gaviria no puede ser el jefe único del partido pues no es garantía de imparcialidad dada su cercanía con el también precandidato y exjefe negociador con las Farc, Humberto De la Calle Lombana.
El pulso con Cristo
El segundo escollo sería la medición de fuerzas con el exministro y ahora también precandidato Juan Fernando Cristo, quien tiene a su haber no solo el apoyo de una parte importante de la bancada sino que, igualmente, es el más cercano al gobierno Santos y conoce al detalle todo el organigrama burocrático y de cuotas de poder de los liberales. Para muchos observadores Cristo y Gaviria están ubicados en estrategias políticas y electorales muy distintas, ya no con relación a la fecha de la realización de la consulta interna popular de los liberales para escoger candidato único (ya coinciden en el 19 de noviembre), sino frente a con cuáles precandidatos y partidos la colectividad roja debe plantear alianzas y coaliciones en la contienda por la Casa de Nariño.
La fuerza del expresidente
Y, en tercer lugar, no se puede desconocer que si bien Gaviria fue determinante para el triunfo de Santos en la segunda vuelta presidencial, en junio de 2014, tras haber perdido sorpresivamente en la primera ante el uribista Oscar Iván Zuluaga, no le fue bien como uno de los portaestandartes de la campaña por el Sí en el plebiscito refrendatorio del acuerdo de paz, en octubre del año pasado. Incluso tras esa debacle electoral no en pocos sectores se rumora que las relaciones entre el expresidente liberal y el mandatario Juan Manuel Santos se habían enfriado y que el gavirismo había perdido capacidad de interlocución con la Casa de Nariño, en donde se le dio más juego a la línea de Cristo y de Rafael Pardo.
El samperismo se mueve
Lo cierto es que el Congreso que arranca mañana será el escenario para reeditar los pulsos de influencia y capacidad de convocatoria del gavirismo con otros sectores rojos. Por ejemplo, se afirma en los corrillos liberales que el expresidente Ernesto Samper se ha venido moviendo tras bambalinas y que si bien el Gobierno no ha querido meterse en ese pleito es claro que haber descargado la mayor parte del manejo de la implementación el acuerdo de paz en los liberales, incluso con preeminencia sobre el propio vicepresidente Oscar Naranjo (lo que ya habría generado roces en el alto Gobierno) evidenciaría que el Ejecutivo estaría jugando a favor De la Calle.
Consulta el 19 de noviembre
Y, por último, ayer ya parecía claro que la consulta popular liberal se realizaría el próximo 19 de noviembre, pese a que Galán es partidario de hacerla en marzo. También que los intentos de algunos sectores rojos por excluir a la precandidata y senadora Viviane Morales no van a prosperar, por lo que no se le haría firmar un documento compromiso programático que iría a contra de sus estructuras religiosas. Un congresista liberal dijo que “el palo no está para cucharas”, en referencia a que mientras otros partidos están tratando de incluir en sus listas a representantes de movimientos cristianos, el liberalismo “no puede darse el lujo” de poner en riesgo una curul “segura”.
Síganos en nuestras redes sociales: