De la crisis del partido Liberal se pueden sacar tres conclusiones básicas, mas allá de cómo se termine desenvolviendo el futuro de la precandidatura del exjefe negociador con las Farc, Humberto De la Calle. La primera, que la posibilidad de que el expresidente César Gaviria pueda asumir las riendas de la colectividad, por aclamación, en el congreso de ese partido a finales de este mes, está descartada, sobre todo porque varios de los precandidatos no lo consideran imparcial. En segundo lugar, está claro que hay un pulso entre los expresidentes Gaviria y Samper respecto a cuál debe ser la estrategia política y electoral, pero ninguno de ellos tiene la suficiente fuerza para imponer sus criterios y asumir el control del partido. Y, por último, que hay una corriente muy fuerte, denominada por algunos como “liberalismo-línea Gobierno”, encabezada por el exministro Juan Fernando Cristo y el consejero presidencial del posconflicto, Rafael Pardo, que le ha hecho contrapeso al gavirismo, atravesándosele a De la Calle, pese a que se creía que este sería el candidato del presidente Santos.
En vilo Andrade
El martes, al cierre de la tarde, empezó a circular en los corrillos conservadores un fuerte rumor en torno a que el presidente del Directorio Nacional, senador Hernán Andrade, habría renunciado. EL NUEVO SIGLO indagó con la colectividad azul y allí respondieron que no era cierto. Sin embargo algunos congresistas, ya al caer la noche, le dijeron a un periodista de este Diario que no solo por la decisión de la excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez de renunciar al partido y anunciar su postulación por firmas, sino por la decisión de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de abrirle investigación preliminar al senador, en el marco del escándalo sobre presunta compraventa de fallos en el alto tribunal, la situación de Andrade era insostenible, por más que hace dos semanas el propio Directorio le hubiera ratificado su respaldo.
“Firmas no son votos”
Un alto dirigente del Polo le dijo a un periodista de este Diario que en las encuestas que muestran el candidato presidencial de ese partido, senador Jorge Enrique Robledo, en la parte media y baja de las preferencias electorales “no reflejan ni mucho menos contabilizan” el potencial electoral que diferencia a un aspirante que tiene partido de otro que no cuenta con ese respaldo estructural ni organizacional de nivel nacional, regional, ni local. “… Le voy a decir lo mismo que le digo a varios parlamentarios respecto a las encuestas de hoy (Datexco, el pasado martes)… (Clara) López nos va ganando en las encuestas pero a la hora de los votos sabemos que la podemos superar porque tenemos candidato y estructura partidista… Se está confundiendo la firma con los votos… En las anteriores regionales muchos de los candidatos por firmas fracasaron, y su votación no llegó a ser ni la mitad de las firmas que presentaron”, dijo un dirigente del Polo en charla off the récord.
Toldas de López replican
Pero hablando de Clara López, que lleva varias semanas dedicada a recoger firmas para respaldar su candidatura presidencial, en fuentes cercanas a su campaña hay incredulidad sobre las hipótesis que en el liberalismo y otros sectores de centro izquierda están armando en materia de coaliciones, poniéndola a ella en segundo plano o, máximo, como fórmula vicepresidencial. “…Si se analizan las encuestas como deben analizarse es fácil concluir que Clara es la candidata que más progresión ha tenido en la mayoría de los sondeos, pues mientras otros aspirantes que siguen encabezando las encuestas han perdido ventaja sobre sus perseguidores, ella sube y recorta… Al finalizar el primer semestre había candidatos que doblaban el porcentaje a Clara, pero hoy no pasa eso”, dijo la fuente consultada.
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