Hay mucha expectativa en el partido de La U sobre su estrategia para la contienda presidencial. De un lado, porque crecen las versiones que señalan que muchos congresistas consideran que la colectividad debe concentrarse en mantener su bancada en el Senado y la Cámara de Representantes, objetivo que tiene que elevarse a la categoría de prioritario, incluso por encima de la puja por la sucesión en la Casa de Nariño. Es más, un senador de La U le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que sin tener un candidato presidencial fuerte, ese partido debería dedicar toda su acción política y electoral a impulsar la campaña parlamentaria, de forma tal que asegure mantener las mayorías allí y, “tenga o no presidente”, ocurra lo mismo que a los conservadores, que “… levan varios gobiernos siendo determinantes a partir de su fuerza en el Congreso”.
Una consulta de 4 millones de firmas
¿Puede el Congreso archivar un proyecto de ley que pide convocar una consulta popular sobre medidas anticorrupción que esté respaldado por más de cuatro millones de firmas ciudadanas? Esa es la pregunta que empezará a ser planteada desde hoy, una vez la Alianza Verde radique ante las autoridades electorales las planillas de respaldo a la llamada “consulta anticorrupción” que fueron firmadas por más de cuatro millones de colombianos. Si bien es cierto que no se requerían más de 1,6 millones de firmas para ser validada la iniciativa y el Congreso radicado en el Congreso, es claro que los promotores reunieron casi el triple de lo exigido, no sólo en previsión de que una parte de las rúbricas sea descartada por alguna anomalía, sino para aumentar la presión política sobre el Parlamento.
Antecedente del referendo sobre adopción
No hay que olvidar que el último proyecto de iniciativa popular que llegó a consideración del Congreso no tuvo el mejor de los caminos. Se trata del proyecto que pedía convocar un referendo para que los colombianos decidieran en las urnas las reglas sobre adopción de menores. La iniciativa fue impulsada por sectores cristianos y logró reunir más de 2,3 millones de firmas de respaldo. Una vez fueron certificadas por la organización electoral, el proyecto fue enviado al Congreso. En medio de debates muy amplios por sus implicaciones, sobre todo porque restringía la posibilidad a las parejas homosexuales y a los solteros de adoptar, el proyecto logró ser aprobado en la comisión I del Senado y la plenaria de la misma corporación. La iniciativa llegó, entonces, a la comisión I de la Cámara, a finales de la pasada legislatura, en donde, tras un intenso lobby del Gobierno, se terminó hundiendo. Sin embargo, la decisión fue apelada ante la plenaria, que la próxima semana debería decidir si resucita la iniciativa.
¿Podrá el Congreso decir que no?
Uno de los argumentos que más se repitió durante los debates al proyecto de referendo sobre adopción, tanto en la comisión I como en la plenaria del Senado, y luego en la comisión I de la Cámara fue el relativo a que, sin importar cuál fuera la postura de los parlamentarios frente a asunto de tanas implicaciones en materia de derechos fundamentales, no se podía desconocer la voluntad del constituyente primario, que a través de su firma pidió que el tema fuera resuelto en las urnas. Y eso que ese proyecto de referendo sólo estaba respaldado por 2,3 millones de firmas, mientras que la consulta anticorrupción lo será por más de cuatro, es decir un porcentaje muy alto de rúbricas frente a un Congreso que en el 2014 sumó 10,7 millones de votos válidos para su elección. Y como si fuera poco, una de las principales propuestas de la consulta es rebajar el sueldo de los parlamentarios, una propuesta varias veces debatida en el Congreso pero nunca aprobada.
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