Una de las mayores preocupaciones de las empresas del sector minero-energéticas ante el alud de consultas populares a nivel municipal en muchas zonas del país, no sólo es que ninguno de esos ejercicios ciudadanos ha sido ganado por quienes están a favor de la industria extractiva de recursos naturales, sino porque en algunos casos las empresas cuyos títulos son afectados por este mecanismo de participación popular no han analizado a fondo y de manera objetiva las razones que llevan a las comunidades a inclinarse por la prohibición de actividades relacionadas con petróleo, oro, carbón y otros materiales. Este fin de semana, por ejemplo, sendas consultas en Pijao (Quindío) y Arbeláez (Cundinamarca) dieron el triunfo al No a la actividad minero-energética, como ha ocurrido en cinco ocasiones más en otros municipios. Hay más de cuarenta procesos similares aunque todavía no es claro si estas consultas populares tienen efecto vinculante o si afectan los derechos adquiridos de las empresas con títulos ya adjudicados.
Desconexión con las comunidades
Según conoció EL NUEVO SIGLO de un empresario muy importante del sector de los hidrocarburos, le ha faltado al sector un margen de “autocrítica” objetiva sobre los errores cometidos. En diálogo off the record con un periodista de este Diario, el empresario indicó que en muchos casos las empresas petroleras, carboníferas y auríferas se dedicaron a relacionarse con los concejales y alcaldes locales, así como con otros políticos regionales y locales, pero “descuidaron” el contacto positivo con las comunidades que, al fin y al cabo, son las que están votando masivamente en contra de la actividad extractiva. “… Ese fue un error craso que cometieron muchas empresas, así pocas lo quieran admitir”, expresó el empresario consultado.
Mano de obra foránea, la falla
Según la misma fuente una prueba de esa falta de contacto y socialización de la actividad minero-energética con las comunidades municipales es que mucha de la mano de obra que se emplea en las minas y yacimientos no es local, sino venida de otros municipios y hasta capitales departamentales. “… Hay municipios en donde usted cita hoy una consulta popular para prohibir la minería o la extracción de petróleo y la pierde… ¿Por qué? Porque la población mayoritariamente trabaja o depende de la economía derivada de la actividad de esas empresas… ¿Por qué han triunfado otras consultas? Porque allí no hay esa conexión entre las empresas minero-energéticas y las comunidades… Los impulsores aprovechan esa desconexión y con la tesis de cuidar el agua y el medio ambiente satanizan a la minería y el petróleo, dando los resultados que ya conocemos y tienen al sector en crisis”, precisó.
Le hicieron caso a Santos
En los altos círculos del gremio publicitario hay coincidencia en torno a que está funcionando el llamado que hiciera el Gobierno a la cúpula empresarial para que activaran una estrategia que contrarrestara el clima de pesimismo nacional que se ha tomado el país desde hace varios meses, según lo reflejan la mayoría de las encuestas. Prueba de ello es que varios de los principales grupos económicos, con ramificaciones empresariales en distintos nichos productivos, han enfatizado sus campañas publicitarias en enviar mensajes sobre la necesidad de pensar positivamente en el día a día del país. Ese énfasis en el incentivo al optimismo no es coincidencial. No hay que olvidar que meses atrás se formó un debate de amplio calado al trascender que el presidente Santos se había quejado ante la cúpula gremial y empresarial de que la prensa estaba enviando mensajes de crisis y negativismo al país.
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