La noticia de la semana pasada en torno a que un barco de grandes dimensiones arribó al puerto de Santa Marta con más de 60 mil toneladas de maíz estadounidense impactó a más de un congresista. Por lo mismo, se tiene pensando citar a un debate de control político al ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, para que explique ante la plenaria cómo es posible semejante volumen de importación del grano cuando la propia Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce) advirtió que una cantidad similar de maíz nacional se encontraba represado porque el producto traído del exterior impide su comercialización.
TLC con EU en la mira
Como es apenas obvio, se analizará el caso desde el punto de vista del TLC entre Colombia y Estados Unidos, que ha sido objeto de sendos debates en el Congreso, sobre todo por sectores de izquierda que insisten en que el pacto comercial continúa siendo lesivo para la producción nacional. El propio presidente del Fenalce, Henry Vanegas, dijo la semana pasada que “este maíz se está importando masivamente por compromisos del TLC que negoció un contingente de cero arancel de 2.640 toneladas. Cuando el productor nacional que aumentó áreas de siembra con el Plan Colombia tiene problemas de comercialización, es porque el mercado está inundado de maíz importado”.
Memorial de agravios
Según Fenalce se pone a los productores nacionales a competir con maíz al mismo precio que el importado sin contemplar nuestro costo-país: combustibles más costosos; costos de preparación, mecanización y riego mayores; una alta dependencia de semillas importadas; fertilizantes e insumos más caros; mano de obra escasa; baja mecanización; flete interno por carretera más costoso que el flete marítimo internacional; no hay asistencia técnica para un mayor crecimiento en productividad; intereses y costo del dinero mayor que en el exterior; sin infraestructura productiva en secamiento, sin centros de acopio o red de comercialización al servicio del productor…
Mejía, también en el sonajero
Siguen las hipótesis en torno a quién podría ser el sucesor o sucesora de Juan Carlos Pinzón en la embajada de Colombia en Estados Unidos. La semana pasada circuló la versión de que el escogido sería el excanciller Camilo Reyes, quien actualmente preside la Cámara Colombo Americana y se retiró de la diplomacia tiempo atrás luego de 35 años de exitosa carrera. Sin embargo, también está sonando el nombre de la actual embajadora de Colombia ante la ONU, la también excanciller María Emma Mejía, quien tiene también una amplia experiencia en el campo diplomático y conoce muy bien los círculos de poder tanto en Washington como en Nueva York. Incluso la semana pasada hizo una férrea defensa del proceso de paz y de sus resultados en la disminución de la violencia, afirmando ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Colombia completaba 1.546 días sin ataques a poblaciones, 580 sin secuestrados, 375 sin hostigamientos y 307 días sin incidentes atribuidos a las Farc.
Semana de reflexión política
Esta Semana Santa será época de reflexión para muchos políticos y altos funcionarios respecto a lo que será su futuro inmediato. Se dice que varios ministros, que aún no saben si quedarse o irse a finales de mayo, aprovecharán este receso para tomar una decisión final. Igual ocurre con varios congresistas a los que el bicho de las presidenciales todavía les pica, pero no saben si lanzarse al agua o mejor empezar a pensar en la campaña para repetir curul. Por igual, hay otros parlamentarios a los que les interesa más ir a un ministerio que volver a la búsqueda de votos pueblo por pueblo.