Son varias las conclusiones que se pueden sacar de la marcha convocada por el uribismo el sábado pasado. En primer lugar, que los más sorprendidos con las movilizaciones masivas que tuvieron lugar en diferentes ciudades fueron los propios uribistas, quienes que tenían dudas sobre el nivel de asistencia, ya que no solo el país estaba impactado por la tragedia de Mocoa, sino que era sábado, fin de semana con quincena a bordo y, además, está lloviendo intensamente en mucha partes de la país. Esos elementos tenían, literalmente, a más de un congresista uribista “echándose la bendición” y “encomendándose en cuanto a santo conocían” para que en sus respectivas ciudades, según la distribución que había hecho el Centro Democrático, la marcha no fuera un fracaso.
Conclusión II
Otro de los aspectos evidentes es que hubo una especie de pacto en las filas gobiernistas para ignorar lo más posible el efecto de las marchas. Prueba de ello es que senadores que son supremamente activos en las redes sociales y ‘disparan’ trinos y toda clase de réplicas a cualquier hora del día, estuvieron muy callados durante el fin de semana. Apenas si se pronunciaron para mostrar solidaridad con los habitantes de Mocoa por la tragedia del viernes en la noche que dejo más de 250 fallecidos. “…Ese mutismo de la guardia pretoriana del Gobierno” no es una coincidencia, dijo un parlamentario uribista consultado al aspecto.
Conclusión III
En tercer lugar, la asistencia masiva a las marchas tiene preocupados a dirigentes y congresistas de La U, el liberalismo y otras colectividades afines al Gobierno. Incluso se dice en esas toldas que va quedando en evidencia que el llamado “efecto teflón”, es decir la capacidad del expresidente Uribe de mantener liderazgo y capacidad de convocatoria pese a los escándalos y crisis que lo rodean, sigue vigente. No hay que olvidar que el uribismo tuvo que aplazar la candidatura presidencial de Zuluaga -su aspirante más fuerte- y también ya tiene varios presos de su gobierno por el escándalo de sobornos de Odebrecht. “… Aun así la gente le sigue copiando a Uribe… Esa es una realidad que todos los que estamos con el proceso de paz y defendemos su implementación, porque no queremos más guerra en Colombia, tenemos que aceptar y mirar cómo vamos a combatirla en las elecciones del Congreso y presidenciales... Uribe sigue vivito y coleando y así lo demostró en el referendo y ahora en las marchas”, dijo un senador de la coalición santista, en charla off the record con un periodista de EL NUEVO SIGLO.
Conclusión IV
De otro lado, así no sea “políticamente correcto” decirlo, no se puede negar que tanto en las toldas del Gobierno como en las uribistas se pensó, e incluso se dijo en voz baja, que paradójicamente la tragedia de Mocoa terminó teniendo un efecto mediático y político que le quitó eco y escenario a las marchas promovidas por la oposición.
Conclusión V
Y para terminar con los ecos a las marchas del pasado sábado, una alta fuente del Centro Democrático le admitió a EL NUEVO SIGLO que no podía esconderse el hecho de que varios parlamentarios y dirigentes vieron en la misma una oportunidad clave para medir fuerzas de cara al pulso interno que hay en ese partido frente a lo que será la conformación de las listas al Senado y a la Cámara de Representantes en los próximos meses. Según la misma fuente, muchos dirigentes se la jugaron a fondo para que las marchas en sus respectivas ciudades fueran lo más asistidas posibles y mostrarse así ante el expresidente Uribe, que en varias ocasiones ha criticado el hecho de que sus parlamentarios no hacen política de ‘carne y hueso’, que es donde están los votos.