La posibilidad de que el Congreso no le acepte la renuncia que el próximo miércoles presenta el vicepresidente Germán Vargas Lleras está más que descartada. Aunque es cierto que en La U e incluso también en las filas de los liberales se alcanzó a pensar en bloquear este dimisión con una fórmula para atajar la candidatura de Vargas Lleras para el próximo año (incluso se habrían pedido conceptos a constitucionalistas al respecto), al final de cuentas esa estrategia no tuvo mayor apoyo y se da por seguro que, si bien mediará un debate y los contradictores se Vargas aprovecharán para lanzarle pullas, su renuncia será aceptada en forma rápida y se procederá con igual celeridad a escoger al exdirector de la Policía, general (r) Oscar Narango como nuevo vicepresidente.
Cuestionan declaración de Naranjo
Y hablando de Naranjo, causó cierta extrañeza en las toldas de uribismo una afirmación suya ayer a una cadena radial según la cual una parte de la infraestructura que se construyó en las 26 zonas veredales y campamentarias en que están concentrados más de 7.300 guerrilleros y milicianos de las Farc no se debe destruir una vez culmine el proceso de desarme y desmovilización, sino que podría dejarse allí para utilizarla en procesos de reintegración de los exsubversivos a la vida política, económica, social e institucional del Estado. Un parlamentario del Centro Democrático dijo que “es necesario” que el Gobierno precise lo que dijo Naranjo porque lo que “se le vendió” al país es que estas zonas durarían seis meses y luego se acabarían. “… Nadie dijo que (las zonas) después se utilizarían como enclaves territoriales para seguir allí con la reinserción y mucho menos dejando a los desmovilizados”, dijo el congresista en charla off the record.
Elección con ‘chicharrón’ a bordo
Y hablando de Naranjo, es claro que su llegada al poder se da con ‘chicarrón’ a bordo, ya que hoy, cuando el Vicepresidente saliente hace su corte de cuentas y anuncia su renuncia para mañana, Estados Unidos revela oficialmente el informe sobre la situación de los narcocultivos en Colombia. Ayer se confirmaba en distintas fuentes que la extensión de los sembradíos ilícitos en el país pasó de 159 mil hectáreas en 2015 a 188 mil hectáreas al cierre de 2016. Como se sabe el Gobierno tiene planeado dejar la coordinación de la estrategia antidrogas en manos de Naranjo, sin duda uno de los colombianos con más experiencia en este campo en las últimas dos décadas que, además, tiene muy buena imagen y recibo en altas instancias del Departamento de Estado norteamericano, incluso, con funcionarios republicanos que hicieron parte del gobierno Bush.
De las camisetas de Samper a los afiches de Santos
El hijo de un exparlamentario, ya fallecido, pero que en su momento fue condenado por el ‘Proceso 8.000’, derivado de la narcoinfiltración en la campaña “Samper Presidente” en 1994, le dijo a un reconocido periodista caleño, en un reciente encuentro en un restaurante de esa ciudad, que, según el relato del comunicador, “…no veía mucha diferencia entre la situación de muchos congresistas condenado por el 8.000 por el solo hecho de haber recibido camisetas de Samper Presidente financiadas con dineros del cartel de Cali, sin saber de esa procedencia ilícita, y los congresistas y dirigentes políticos que recibieron y distribuyeron parte de los dos millones de afiches de “Santos Presidente”, en 2010, que Odebrecht dijo haber pagado y contratado con una empresa impresora” colombiana.
Santos, al frente
Algunos de los periodistas que acompañaron al Presidente Santos en las últimas dos semanas a las giras regionales con el Vicepresidente Germán Vargas Lleras para entregar viviendas y otras obras de infraestructura coinciden en señalar que era evidente que el Jefe de Estado quería apersonarse del agregado político de estas inversiones sociales y que prueba de ello, según uno de los comunicadores, “…Es que el Presidente Santos siempre tomo el micrófono, cortó las cintas, abrió los grifos, entregó las escrituras,” con Vargas Lleras al flanco derecho.