Para nadie es un secreto que le está saliendo muy cara la crisis al uribismo tras ser salpicado por el escándalo de la multinacional brasileña Odebrecht. No solo dos de sus precandidatos presidenciales, Óscar Iván Zuluaga e Iván Duque están en el ojo del huracán y serán objeto de investigaciones internas y externas, sino que ahora se dice en los corrillos del Centro Democrático que el exgobernador antioqueño, Luis Alfredo Ramos, tendría la pista libre para sumarse a la baraja de aspirantes que buscarán el tiquete para competir por la Casa de Nariño en 2018. La tesis es muy sencilla: Salvo Zuluaga, que sumó 7 millones de votos en 2014, Duque y Carlos Holmes Trujillo no tienen mayor capital en votos, como sí lo tendría Ramos, quien sigue esperando que la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia le archive definitivamente un proceso por parapolítica.
¿Ordóñez si analizó bien la JEP?
Un senador que fue muy cercano a la negociación de paz entre el Gobierno y las Farc en La Habana, fue consultado ayer por un periodista de EL NUEVO SIGLO en torno a la negativa del Gobierno a que la Procuraduría se puede convertir en actor procesal dentro de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), cuyo acto legislativo para crearla está siendo discutido en el Congreso. “… El problema aquí fue (el exprocurador Alejandro) Ordóñez, pues en lugar de haber revisado, en su momento, artículo por artículo el acuerdo sobre la JEP, cuando se dio a conocer a finales de 2015, escúchelo bien a finales de 2015, prefirió seguir lanza en ristre contra todo el proceso… Si lo hubiera revisado bien habría detectado que los procesos no incluían la participación del Ministerio Público”, dijo el congresista, que pidió la reserva de su nombre.
Dos ‘delfines’ y precandidatos
El rifirrafe que han mantenido en los últimos días el senador Carlos Fernando Galán y el representante a la Cámara, Rodrigo Lara, alrededor de la cuota de responsabilidad de cada uno de ellos en la forma en que se otorgaron los avales para los candidatos de Cambio Radical en las elecciones regionales y locales de 2015, tiene distintas lecturas al interior de esa colectividad. De un lado, hay congresistas que consideran que Galán y Lara quieren salvar cada uno su prestigio ante temas tan escandalosos como los ocurridos en La Guajira. Pero también hay quienes consideran que el problema de fondo es que se trata de dos dirigentes que no sólo son considerados “delfines” dentro de la política colombiana, sino que tienen la mira puesta en la posibilidad de ser precandidatos presidenciales para el 2022. Según esta última teoría, es claro que entre Galán y Lara, ambos hijos de dirigentes liberales asesinados por los carteles del narcotráfico, hay un pulso de liderazgo y posicionamiento político y electoral de cara no sólo a la Casa de Nariño sino a la alcaldía de Bogotá en 2019. Vea pues.
Plan Colombia, primera tarea de Naranjo
La primera tarea que tendrá el ex director de la Policía, general (r) Óscar Naranjo, una vez sea elegido Vicepresidente, tras la renuncia de Germán Vargas Lleras en las próximas semanas, será la de viajar a Estados Unidos y hablar con el Departamento de Estado, la DEA, la Fiscalía y los líderes de las bancadas Republicana y Demócrata. ¿El objetivo? Delinear la nueva estrategia para repotenciar el Plan Colombia que, en estos momentos, está bajo análisis en la administración Trump, que tiene como principal insumo los datos preliminares sobre el crecimiento de la extensión de narcocultivos en el último año en Colombia, cifra que se dará a conocer oficialmente al finalizar el primer trimestre o comenzar el segundo de este año.