La decisión de Enrique Peñalosa de inscribir la semana pasada su nombre como precandidato presidencial de la llamada Alianza Verde fue interpretada de distintas maneras en el interior de la naciente colectividad. De un lado hubo sorpresa entre el llamado sector de los mockistas, en donde se dijo que no se entendía cómo el dirigente que más peros le puso a la fusión entre verdes y Progresistas, e incluso que la terminó aceptando a regañadientes, fue el primero en aterrizar en la práctica las reglas del juego definidas para escoger el candidato presidencial.
¿Bloqueo a mockistas?
Los mockistas también creen que Peñalosa lo que está buscando al acelerar el arranque de la campaña para la consulta es bloquear definitivamente cualquier posibilidad de que el candidato presidencial en 2010 y dos veces alcalde de Bogotá pueda volver a la colectividad verde o a la renovada Alianza. La semana pasada, como lo informó EL NUEVO SIGLO, un sector de los verdes volvió a invitar a Mockus a regresar a la colectividad, y éste dijo que “gracias” y que iba a analizar la propuesta.
¿Cerrar multi-alianza?
En el sector de los Progresistas la lectura fue distinta. “… Lo que vemos aquí es que hay un apresuramiento táctico de Peñalosa al inscribirse como precandidato para la consulta… ¿Por qué? Todo parece indicar que la idea es bloquear cualquier posibilidad de que la Alianza pueda conseguir un acuerdo de mayor espectro, por ejemplo, con el Polo, con miras a crear una verdadera tercería… Al inscribirse Peñalosa obliga a Antonio Navarro (cabeza visible de los Progresistas) a jugarse en la consulta interna, cerrando así cualquier posibilidad de una consulta interpartidista con los candidatos de otros sectores independientes y de opinión…”, precisó una alta fuente de los Progresistas. Precisamente ayer el propio Navarro dijo que lo mejor era esperar a noviembre para tomar decisiones sobre la consulta interna y el tema presidencial.
¿Fisuras en Progresistas?
Hay otra hipótesis al respecto. Se refiere a que el peñalosismo estaría al tanto de que entre los Progresistas no hay unanimidad en torno de si conviene seguir adelante con la Alianza, por razones básicas. En primer lugar, que en la denominación de la naciente colectividad no quedó reflejado el nombre Progresistas, dando a entender que no hay aquí una fusión equilibrada y horizontal entre dos facciones políticas, sino absorción por parte de los Verdes a un sector que, salido del Polo, necesita urgentemente un partido que los acobije, más aún ante el reto que implica superar el umbral del 3 por ciento que se aplicará en los comicios parlamentarios de marzo próximo.
De aquello, poco…
La segunda razón que preocupa a los Progresistas respecto a la Alianza se dirige a que no ven en los Verdes una postura activa para crear un frente común en contra de la campaña para revocarle el mandato al alcalde Gustavo Petro. “… Vemos una posición no sólo tibia sino pasiva de los Verdes para ir a la plaza pública a defender la permanencia de Petro… Los compromisos en la convención de los Verdes no se han cumplido, pero la creación de la Alianza ya se da como un hecho”, precisó la fuente consultada.