“De 200 a 300 mil votos”. Esa fue la respuesta que un concejal de Bogotá le dio a un periodista cuando se le interrogó, en medio de un almuerzo para la celebración del fin de año, sobre el número de votos que podría mover la Administración Distrital a través de la burocracia y los contratistas en todas las dependencias, institutos y secretarías. Según el cabildante, cuyo nombre no se cita debido a la informalidad de la conversación, esos “200 o 300 mil votos” bien podrían implicar el elemento político que incline la balanza en los comicios para el Palacio de Liévano en octubre próximo. Según el concejal, la fuerza del petrismo debe medirse en ese escenario. También trajo a colación que el número de personal que trabaja bajo contrato en el Distrito es muy alto y es claro que la gran mayoría de esas personas buscarán que su voto les abra la posibilidad de seguir el año entrante.
¿Rebelión sindical?
Las tensiones en el interior de Asonal Judicial por la orden de mantener el paro van en aumento y no se descarta, según trascendió el fin de semana, que se pueda presentar una especie de ‘rebelión’ que lleve no sólo a que buena parte de los funcionarios decidan reanudar labores el próximo martes, cuando termina la vacancia judicial, sino a presionar un cambio de directivas de la agremiación sindical. El propio ministro de Justicia, Yesid Reyes, ha lanzado duras críticas a los actuales directivos de Asonal y los ha acusado de “no trabajar y no dejar trabajar”. El riesgo de un ‘golpe de estado’ en el sindicato judicial sería, al final, el motivo principal para levantar el paro que completaría tres meses esta semana.
Roces ministeriales
Aunque no han trascendido públicamente, lo cierto es que hay tensiones y choques de jurisdicciones en el alto Gobierno a raíz no solo de las funciones y facultades de los nuevos ministerios y la forma en que se relacionan con el resto de las carteras del gabinete, sino porque va andando a buen ritmo lo que podría ser el revolcón administrativo más grande en el Ejecutivo. Como se recuerda, meses atrás el propio presidente Santos anunció que se había pedido a los ministerios y departamentos administrativos que evaluaran qué entidades a su cargo podrían ser fusionadas, liquidadas o recortadas. Ese proceso está en marcha y ya genera algunos choques de criterios entre algunos altos funcionarios.
Agencias en la mira
De acuerdo con una alta fuente gubernamental, pese a que desde la oposición se anda diciendo que la orden de revisar en donde se podrían hacer ajustes administrativos y burocráticos fue una cortina de humo que se lanzó para cubrir la drasticidad de la reforma tributaria, la orden presidencial se va a cumplir. “… Se viene un ajuste a fondo”, dijo la fuente consultada. Hasta el momento, según trascendió, se han detectado no sólo entidades y oficinas de distintas carteras con duplicidad de funciones, sino que en nivel de las agencias creadas por este Gobierno también se estarían pisando las mangueras, sobre todo en los campos de planificación y ejecución. Allí podrían darse dos grandes movimientos, sobre todo en materia de integración de las políticas de posconflicto regional.