En fuentes de alta credibilidad en Caracas tienen una lectura distinta a la crisis fronteriza con Colombia desatada por el gobierno de Nicolás Maduro en el último mes. Según conoció EL NUEVO SIGLO de un alto dirigente de ese país, el cierre de la frontera, la deportación masiva de colombianos y todos los demás actos desafiantes de Caracas tenían un objetivo claro que no era otro que tender una cortina de humo, previa pero fuerte, que le quitara eco nacional e internacional a la condena del líder opositor Leopoldo López, cuya fecha habría sido planificada por el gobierno Maduro con el juez del caso, desde hace algún tiempo. Según la fuente consultada, el gobierno y el juez habían acordado que en la primera mitad de septiembre el fallo, obviamente condenatorio, debía producirse, y era sabido que las reacciones en las toldas de la oposición así como a nivel internacional fustigando a un aparato judicial claramente politizado, no se harían esperar.
Plan de Maduro (II)
¿Por qué a mediados de septiembre? La fecha se habría escogido por dos elementos de fondo. El primero, obviamente, era buscar un efecto político interno ante la evidencia de fisuras en el poschavismo, en donde no se puede ocultar que hay jefes que no están de acuerdo con el liderazgo de Maduro y no descartan, incluso, que ante el desgaste del mandatario y la crisis económica y social profundizada en ese país, fuera necesario removerlo de alguna manera. La condena a López, en ese orden de ideas, debería funcionar como un elemento cohesionador en las filas gobiernistas alrededor de la figura presidencial.
Plan de Maduro (III)
El segundo elemento para escoger la primera mitad de septiembre se debió, según la fuente consultada, a que entre el fallo y las elecciones de diciembre habría más de tres meses. “… Se temía que la condena a López, que se ha convertido en el único elemento que une a una mesa nacional de oposición con muchos matices y rivalidades internas, pudiera tener un efecto más allá de lo esperado, victimizando aún más a López y que se utilizara el impacto emocional de la condena como empujón político definitivo a boca de urnas…”, explicó la fuente, agregando que por eso el fallo se dio en septiembre y no más cerca de las elecciones parlamentarias de diciembre.
Plan de Maduro (IV)
Previniendo todo lo anterior, el poschavismo decidió generar una crisis en la frontera a un nivel sin antecedentes, para distraer la opinión pública interna, quitarle eco y escenario político a la oposición por el fallo de López y, como siempre pasa, generar una ola de nacionalismo radical en la que Maduro y compañía pudieran macartizar el ambiente nacional bajo la tesis de que quien no estaba con el Gobierno estaba contra él y a favor “la agresión” colombiana.
Plan de Maduro (V)
No se puede negar, entonces, que si esos fueron los planes de Maduro le funcionaron en un porcentaje más alto, porque la oposición no pudo sacar mayor rédito político de la condena a López, ya que la crisis fronteriza tenía concentrada la atención de muchos venezolanos. Sin embargo, puntualizó la fuente venezolana, que esa estrategia anticolombianista sólo debía funcionar por unas semanas mientras pasaba el efecto del caso de López, ya que a más largo plazo resulta riesgosa política y electoralmente para el gobierno, dado que la eventualidad de una expulsión masiva de colombianos, en un país que alberga hace muchos años a más de cuatro millones de estos, podría generar reacción antichavista en las urnas con dimensión desconocida. Por eso, precisamente, Maduro es ahora el que urge una reunión con el presidente Santos para distensionar la crisis fronteriza.