La posibilidad de un paro laboral en el primer semestre de este año es cada día mayor, según se desprende de las declaraciones ayer de muchos dirigentes sindicales en protesta por el aumento del 6,77 por ciento de la inflación en 2015. Aunque desde el mismo momento en que se anunció la semana pasada que el salario mínimo mensual sería reajustado en un 7 por ciento para 2016, los sindicatos habían advertido la posibilidad de convocar a una protesta nacional, esa intención se hizo más patente luego de que el DANE anunciara, el martes en la noche, cuánto había crecido el Índice de Precios del Consumidor (IPC) durante el año pasado, porcentaje que resultó apenas inferior en 2,23 por ciento al reajuste del sueldo básico. Por lo pronto se sabe que partidos como el Polo y otras facciones de izquierda han manifestado que apoyarían dicho paro laboral, pero todavía no se ha hablado en una fecha en concreto.
Réplica a la vista
No cayeron nada bien las críticas del cabecilla de las Farc, alias ‘Iván Márquez’, al Gobierno por la venta de la participación accionaria de la Nación en Isagen, la generadora energética que irá a subasta la próxima semana tras más de dos años de rifirrafes jurídicos y políticos. Según el jefe negociador subversivo el Gobierno no sólo está poniendo en venta la más grande empresa pública del país, sino que -agregó- “ahora sólo falta que privaticen el Palacio de Nariño, aunque muchos opinan que ya está vendido”. En altas fuentes oficiales se rumoraba ayer en la mañana que el Gobierno alistaba una dura réplica a la guerrilla, en la que dejaría en claro que temas como la venta de la generadora no hacían parte de la agenda de negociación y, por lo tanto, no se admitía ni se consideraba ningún tipo de pronunciamiento subversivo al respecto.
Visita a la vista
En los corrillos parlamentarios, que empiezan ya a moverse lentamente, hay algunos temas que ya suenan con insistencia. Por ejemplo, ayer trascendió que el Congreso colombiano cursará en las próximas semanas invitación formal y oficial al diputado Henry Ramos Alllup, nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. La idea es que el alto dignatario pueda visitar Bogotá e incluso se le permita hablar, en sesión protocolaria, en el Capitolio Nacional. Es claro que una invitación de ese calibre podría generar algún pico de tensión entre los gobiernos Santos y Maduro, más aún porque Caracas insiste en que la oposición venezolana tiene aliados en la dirigencia colombiana, tanto en las toldas del uribismo como del santismo.
Revisión a la vista
Y hablando de Venezuela y el cierre de la frontera que comenzó en agosto pasado, se sabe que el Gobierno colombiano alista una revisión del grado de eficacia de las medidas adoptadas al amparo del estado de emergencia declarado en septiembre por la Casa de Nariño para hacerle frente a la crisis humanitaria y económica derivada del bloqueo limítrofe. Ese estado de emergencia, como se recuerda, abarcó 40 municipios de siete departamentos. La revisión gubernamental se hará por cuanto los nuevos gobernadores de Norte de Santander, La Guajira, Arauca y otros urgieron al Gobierno que emita un documento Conpes o un plan de choque para la frontera que establezca medidas de mediano y largo plazos, permanentes, que ayuden a disminuir la dependencia económica, social, comercial y en otros aspectos de Venezuela.