En los pasillos del Palacio Liévano no hubo mayor sorpresa en torno de que María Mercedes Maldonado fuera la escogida para alcaldesa provisional en Bogotá. Allí desde antes de Semana Santa se daba como un hecho que la entonces Secretaria de Hábitat sería la finalmente señalada por el presidente Santos. Pero no ocurría lo mismo en cuanto a cuál de los otros dos integrantes de la terna presentada por la Alianza Verde tenía menores posibilidades. Para varios altos funcionarios distritales quien nunca tuvo opción fue el senador electo Antonio Navarro, a tal punto que fue el único no llamado a la sede presidencial para hablar personalmente con Santos sobre la situación de la capital del país.
Se sabía…
Pero para otros integrantes del gabinete distrital era claro que el que menos calado tenía en la Casa de Nariño era el exsecretario Guillermo Alfonso Jaramillo, debido a su beligerancia política en defensa de Petro. Es más, el lunes en la mañana cuando se escuchó a Jaramillo opinando sobre el tema de Bogotá desde su finca en el Tolima, con el sonido de las ovejas como telón de fondo, ese ya fue un indicio de que el mismo exalto funcionario sabía que sus posibilidades eran mínimas.
Gremios débiles
Uno de los temas políticos predilectos en los días de Semana Santa en Bogotá fue, sin duda, cuál será la estrategia del Gobierno para tratar de amortiguar el paro agrario que varios sectores de las llamadas “dignidades” vienen impulsando para finales de este mes. Para el Ejecutivo es claro que hay móviles políticos detrás de las proyectadas protestas y también es evidente que para neutralizarlas no tiene mucho sentido entrar a hablar con los líderes de los gremios nacionales de los cultivadores, pues éstos no tienen eco alguno en las “dignidades”. La cuestión ha llegado a tal punto, que ya hay varios líderes de gremios del sector rural que han puesto su renuncia a consideración de las respectivas juntas directivas de su sector, pues cada vez es menor importante la capacidad de interlocución efectiva con el Gobierno, que ahora se ve más presionado por las organizaciones de base.
Campanazo (I)
Prendió las alertas una recomendación que hiciera la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), acerca de los cambios que deberían implementarse en Colombia respecto al mercado de las telecomunicaciones, especialmente en lo relativo a darle más autonomía al ente regulador del sector, es decir, la de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), y adoptar medidas para disminuir las posiciones dominantes de ciertos actores en materia de telefonía móvil y celular.
Campanazo (II)
Es claro que Colombia no puede obviar las recomendaciones de la OCDE, pues ingresar a ese grupo exclusivo de 34 países en todo el mundo que se distinguen por sus buenas prácticas en políticas públicas, es una obsesión del gobierno Santos. De allí que los operadores de la telefonía y de los servicios de telecomunicaciones saben que se vienen más ajustes en la normatividad interna y es muy posible que las advertencias de la OCDE impacten varios procesos licitatorios que ya están en proceso de diseño de pliegos y condiciones. Los equipos jurídicos de varias empresas fueron puestos en estado de alerta permanente y analizan el informe de la organización internacional.