Tras el pico de tensión en Venezuela, por la captura la semana pasada del alcalde de Caracas y reconocido antichavista, Antonio Ledezma, en círculos diplomáticos bogotanos se volvió a escuchar el rumor de una posible maniobra de la oposición en el vecino país para forzar un rompimiento entre los gobiernos de los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos. Se dice que uno de los más connotados líderes de la oposición venezolana, cuya detención se cree inminente, estaría planeando ingresar a la embajada de Colombia en Caracas y pedir asilo. Es claro que dada la tradición histórica de respeto a esa figura que tiene nuestro país, a Santos no le quedaría otra que otorgar dicha protección, lo que muy seguramente no le gustaría a Maduro, que podría romper relaciones de inmediato con Bogotá. Vea pues…
No y no
A propósito de la polémica que se volvió a prender en los últimos días por cuenta de si debe establecerse en Colombia la pena de muerte o la cadena perpetua a culpables de delitos graves, sobre todo cuando las víctimas sean niños, una alta fuente gubernamental le respondió a un congresista una consulta referida a si Colombia había firmado alguna convención o tratado internacional que prohíba aplicar la pena capital. La respuesta se dirigió a que específicamente la pena capital está prohibida en la Constitución y que si bien no hay un tratado específico al respecto suscrito por el país, los relativos a derechos humanos que sí han sido firmados prácticamente proscriben esa posibilidad.
Ni un vaso de agua…
Aunque el presidente del Senado, José David Name, insiste en que la bancada costeña en modo alguno ha condicionado la discusión del proyecto del Plan Nacional de Desarrollo o cualquier otra iniciativa legislativa del Gobierno, a que se solucione de manera definitiva el problema de las tarifas del gas en la región Caribe, un periodista de EL NUEVO SIGLO habló con dos reconocidos parlamentarios de la zona, quienes dijeron que “era pura carreta” y que el Ministro de Minas ya se había comprometido a arreglar el asunto. Y acto seguido uno de ellos agregó: “… No estamos condicionando nada a nada, lo único que sí hemos dicho es que si no se arregla este problema muchos de nosotros no podemos volver a la Costa ni a pedir un vaso de agua, así están las vainas, periodista”.
¿Al garete?
El presidente Santos dijo días atrás que cuando termine su segundo período, en el 2018, se piensa retirar de la política y dedicarse a la cátedra universitaria. La frase fue entendida por algunos como un nuevo dardo respecto a cuál debe ser el papel de los expresidentes. No hay que olvidar que Santos siempre ha dicho que no va a incomodar a su sucesor, en tácita referencia a Álvaro Uribe. Pues bien, a varios parlamentarios de La U la frase presidencial no les gustó mucho, pues consideran que ido Uribe y volcado el partido al hoy Presidente, este no los puede dejar al garete en tres años y mucho menos sin tener un sucesor claro en la cúpula de la colectividad.