Una alta fuente del Congreso le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que la quisquillosidad de algunos de los parlamentarios uribistas es realmente extrema y que ven detrás de toda decisión que no les guste conjuras y conspiraciones. Incluso en los pasillos del nuevo edificio del Parlamento la semana pasada circuló un rumor según el cual un senador del Centro Democrático había instruido a su Unidad de Trabajo Legislativo sobre medidas de seguridad para el manejo de la información, y que ese movimiento de datos se hiciera preferencialmente por medios tecnológicos propios, sobre todo cuando se tratara de información confidencial, con el fin de evitar que al utilizar redes del Congreso pudieran ser espiados. Incluso la paranoia de un parlamentario habría llegado a revisar hasta rincones de oficinas para cerciorarse de que no hay micrófonos. Ya hay varios congresistas a los que la actitud melindrosa de algunos uribistas los está desesperando.
¿Y la reforma?
Se dijo ayer en esta Sección que varios senadores y representantes había indicado que era necesario volver a presentar una parte del proyecto de ley sobre reforma ordinaria a la salud que se hundió en el primer trimestre, pese a que el Gobierno ha expresado que no sería necesaria otra iniciativa y que los ajustes requeridos, sobre todo después de que la Corte Constitucional avaló la ley estatutaria de reforma a la salud, se harían vía decreto y reglamentaciones de orden gubernamental. Un parlamentario que hizo parte del debate al proyecto en la Cámara afirmó que “… le parecía rara ahora la actitud del Gobierno pues cuando se disminuyó el articulado de esa iniciativa para evitar que se hundiera, el ministro de Salud (Alejandro Gaviria) había asegurado que los temas que quedaron vivos en el proyecto no podían salir por decreto sino que necesitaban estatus legal”. ¿Qué habrá cambiado?
La nueva ruta
Lo cierto es que el propio Gaviria anunció la semana pasada que en las próximas semanas, su cartera expedirá cuatro decretos con los cuales apunta a crear las condiciones para mejorar el acceso y los servicios de salud de los colombianos. Sin embargo, la duda está en si se trata de iniciativas relacionadas con el proyecto que se hundió al final de la pasada legislatura. En realidad son proyectos de decreto que fueron objeto de discusión pública durante los últimos meses, pero que sin duda, de acuerdo con los expertos en el sector, al final sí tocan aspectos de los que se habían contemplado en el proyecto que se hundió en el tercer debate en la Cámara, pese a que se había señalado como una de las prioridades del semestre legislativo.
Lo que viene
Los cuatro decretos versarían sobre el nuevo estatuto de afiliación al sistema de salud, que según el Ministro se convierte en mecanismo para corregir fallas históricas en la manera como los colombianos acceden y permanecen en el sistema; las condiciones de habilitación financiera de las EPS, que se había prometido por un tiempo largo y ya está listo; el modelo especial de salud para zonas dispersas; y el de los medicamentos biotecnológicos, que tanto pulso ha generado por los peros de las grandes farmacéuticas. Y un plan B es que se introduzca en el proyecto de ley sobre Plan Nacional de Desarrollo una reforma al Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga), la creación del Fondo de Garantías para el Sector Salud y la creación del mecanismo de exclusiones de tecnologías del plan de beneficios, de acuerdo con la ley estatutaria. ¿Se necesitará, entonces, la reforma?