En el Senado cada día son más las voces que consideran que en la bancada uribista se están notando cada día más que hay bloques o corrientes ideológicas, unas más radicales y otras de tono y argumentos más moderados. Si bien el expresidente y senador Álvaro Uribe mantiene un dominio sobre los criterios de sus copartidarios, hay momentos en que las discusiones internas lo desesperan a tal punto que ‘tira la toalla’ y les da cierto margen de libertad para votar o pronunciarse cada quien por su lado. “… No hay divisiones ni rebeliones, pero nosotros que los tenemos como vecinos de bancada sí hemos visto de primera mano que hay distintos criterios entre los senadores uribistas y que poco a poco se empiezan a formar ciertos bloques que marcan las distancias entre los que quieren hacer una oposición argumental y motivada, y los que consideran que hay que criticar todos los días y con los términos más duros que sean posibles”, dijo un senador que, en la plenaria, tiene a la bancada del Centro Democrático muy cerca.
¿Cuál será primero?
Esa es la pregunta que uno de los ponentes del proyecto de ley que cita el llamado “plebiscito por la paz” se hacía a mitad de semana. Con calendario en mano y haciendo previsiones sobre los tiempos de la negociación entre el Gobierno y las Farc en La Habana, el senador indicó que en el mejor de los casos si llega a aprobarse el proyecto y se firma un acuerdo final en Cuba, el plebiscito difícilmente sería votado en el primer semestre de 2016. “… Creo que si los que impulsan el referendo sobre adopción gay reciben el apoyo de la Iglesia Católica y recogen firmas en las parroquias, las completarían en uno o dos meses… El proyecto llegaría al Congreso entonces en marzo y tendría que ser aprobado antes de junio… Si ello llegara a cumplirse, el plebiscito por la paz y el referendo de la adopción gay empezarían a competir sobre cuál va primero a las urnas”, dijo un congresista.
¿Controlar ofertas?
El pico alcista del dólar esta semana prendió las alertas en el sector automotor que estaba planificando las ofertas decembrinas con un dólar promedio a $ 2.900, pero la cotización volvió a asomarse a los $ 3.000, lo que es claro que afecta el precio de los automóviles y demás parque automotor importado, obligando a ser más cautelosos en las ofertas y liquidación de los inventarios. Las ventas este año se han visto afectadas no sólo por el efecto de la revaluación del dólar sino por una economía que se está enfriando. En octubre pasado se matricularon 22.412 vehículos nuevos, cifra inferior a las 31.386 unidades que se registraron en el mismo mes del año pasado.