Le jalaron…
Uno de los aspectos que más sorprendido tiene al Gobierno en el marco del programa de construcción de las 100 mil casas gratis es que hace un año, cuando la iniciativa apenas estaba en pañales, varios expertos en el sector advirtieron que uno de los flancos débiles de la estrategia era que las grandes firmas constructoras no estarían interesadas en proyectos de vivienda de interés social o prioritario. Hoy está claro que un gran porcentaje de esas empresas de construcción inmobiliaria son las que están sacando adelante los proyectos de casas gratis.
Tierra sí hay
¿Por qué? Hay, al decir de los analistas, tres circunstancias objetivas explican ese cambio de tendencia en el sector de la construcción. En primer lugar, que las empresas no tuvieron que desgastarse en el proceso de búsqueda de terrenos, pues el modelo aplicado partía de la base de que eran los municipios los que postulaban los predios para que allí se levantaran las casas gratis. Precisan los conocedores, que uno de los mayores problemas para la construcción de vivienda de interés social o prioritario, es que el costo de los terrenos se disparaba tan pronto asomaba una constructora reconocida, anulando prácticamente cualquier margen de rentabilidad real en el negocio y creando, por ende, un cuello de botella para el sector y el Gobierno.
Permisos a la vista
En segundo lugar, es obvio que al ser los alcaldes los que postulaban los terrenos, éstos -según las reglas del juego implementadas por el Ministerio de Vivienda- también aseguraban de entrada todo lo relacionado con permisos para uso del suelo, autorizaciones en los Planes de Ordenamiento Territorial, licenciamiento ambiental, certificados de disponibilidad de servicios públicos y todo lo requerido para el resto de amueblamiento urbano, es decir, vías de acceso, bahías de parqueo, planes de manejo del tráfico y hasta socialización de los proyectos con las comunidades impactadas por dichos desarrollos. En el pasado cumplir todos esos requisitos bien podría demorar más de un año, en el mejor de los casos.
Depuración de firmas
En tercer lugar, el modelo de contratación de las viviendas fue determinante, pues permitió a los constructores más serios competir tú a tú por quedarse con los proyectos, sin que debieran enfrentarse a firmas y consorcios que no tuvieran el suficiente músculo económico para financiar los desarrollos inmobiliarios. También quedaron por fuera, por las características del negocio, aquellas firmas que habían hecho carrera en Colombia en la maniobra de pedir anticipos presupuestales para arrancar los proyectos y luego dejarlos a mitad de camino, pendientes de adiciones de recursos o incluso sometidos a largos y desgastantes procesos o tribunales de arbitramento.
En la mira
Precisamente ese modelo para construir las casas gratis, la mayoría de las cuales serán entregadas en los próximos meses, ha llamado la atención de varios gobiernos latinoamericanos que han destinado equipos de funcionarios para enterarse de todos los pormenores del sistema con el objetivo de tratar de replicarlo en sus respectivas naciones. Es más, en el alto gobierno se dice que el programa dirigido por el ministro Germán Vargas Lleras será presentado a nivel internacional en un concurso sobre experiencias exitosas de desarrollo.