Fórmula compleja
Aunque hay conceptos que advierten que no es posible a la luz de la actual normatividad, en el conservatismo hay voces de expertos jurídicos en torno de que si el presidente Santos llegara a ser inscrito para la reelección con el aval de varios partidos, entonces la fórmula vicepresidencial no sería necesariamente de La U y podría salir de cualquiera de las colectividades que respalden al aspirante pluripartidista a la hora de oficializar ante la autoridad electoral su intención de repetir en la Casa de Nariño. Así las cosas, en las toldas azules hay quienes consideran que desde ya se tendrían que empezar a mirar perfiles que puedan proyectarse como un buen segundo a bordo de Santos, en el entendido, claro, de que el vicepresidente Angelino Garzón cumpla su advertencia de que en 2014 no será fórmula vice “de nadie”.
Todos ponen
Pero el conservatismo no es el único partido en donde se considera que si hay un apoyo cerrado de la Unidad Nacional a la reelección santista, entonces no sólo debería procederse a inscribir al Jefe de Estado bajo la figura de candidato pluripartidista, sino que el propio Jefe de Estado debería comunicarle a La U que el segundo a bordo no saldrá de sus toldas sino que se buscarán perfiles en las otras facciones de la coalición gobiernista. Y en ese marco tanto en Cambio Radical, como en el liberalismo e incluso en las toldas verdes ya se escuchan los primeros sonajeros de quienes podrían ser una posible llave de Santos en la campaña, escogencia que, obviamente, le corresponde única y exclusivamente al Mandatario. Paradójicamente en esas barajas hay una gran cantidad de mujeres de extracción regional sonando muy fuerte.
Aval pluripartidista
Obviamente en La U sostienen que el Presidente es el fundador de ese partido, fue inscrito por éste en 2010, el vicepresidente también es miembro activo de la colectividad y, por obvias razones, debería mantenerse el aval único a la aspiración reeleccionista, sin que ello signifique en modo alguno una fisura en la Unidad Nacional. La diferencia radica, según los contradictores de esta postura, en que en 2010 todos los partidos que hoy hacen parte de la coalición fueron con aspirante propio a la primera vuelta y fue luego cuando se armó la coalición pluripartidista. En esta ocasión, lo que se prevé es que si Santos anuncia antes de terminar el primer semestre que aspira a un segundo mandato, las colectividades no iniciarán una precampaña presidencial interna sino que llamarán a sus bases y dirigencia a definir en el corto plazo un respaldo directo a la reelección y se irán de frente con el aval al Jefe de Estado.
Todos pierden
El problema aquí es que, según observadores políticos, a Santos le quedaría muy difícil ponerse a escoger entre los perfiles vicepresidenciales de los partidos de su coalición, pues al inclinarse por un nombre seguramente habrá resquemores en los restantes. En ese orden de ideas, hay analistas que señalan que lo mejor que podría hacer el Jefe de Estado en caso de decidirse por otro mandato, sería buscar un segundo a bordo en el interior de La U y que si bien esta decisión podría molestar al resto de la Unidad Nacional, al menos sería una sensación de inconformidad general y no habría ninguna facción que pudiera sentirse más beneficiada que otra. Incluso, lo mejor podría ser convencer a Garzón de seguir como segundo a bordo.