En el Congreso hay varias voces que consideran que llegó la hora de ponerles freno a algunos ministros que siguen esquivando las citaciones a comisiones y plenarias de Senado y Cámara. Se dice que ya entre los parlamentarios de todas las bancadas hay una especie de ‘top’ con los integrantes del gabinete más incumplidos o con mayor número de excusas para no comparecer en el Congreso. Aunque se alcanzó a hablar semanas atrás de conminar al Gobierno a instruir, de nuevo, a sus altos funcionarios para asistir a los debates, hay voces más radicales que consideran que ya esas peticiones se han realizado en el pasado y no tuvieron mayor efecto, por lo que afirman que es necesario ir más allá. Entre las opciones estarían una parálisis de la agenda legislativa o el hundimiento automático de los proyectos en los que los ministros no asistan a las citaciones.
Conexidad, el lío
A propósito de los múltiples análisis sobre los 30 indultos a guerrilleros de las Farc anunciados por el Gobierno, un ex viceministro de Justicia, en charla off the record con un periodista de EL NUEVO SIGLO, recordó que la jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre esta figura es muy sólida y que el problema no está en el mecanismo de perdón y excarcelación sino en el de la conexidad. “… Le pongo un ejemplo bastante sencillo pero que explica la complejidad del tema: un guerrillero puede ser indultado por los delitos de rebelión y conexos leves, como porte de armas, uso de prendas privativas militares y otros… Ahí no hay problema. Sin embargo, los procesos penales en la Fiscalía contra las Farc son en gran parte por autor indeterminado, es decir que no se sabe quién específicamente mató, desplazó o cometió un delito grave, a lo sumo se señala qué frente subversivo opera en determinada región y, por ende, la sospecha de la autoría recae sobre el mismo… La pregunta es: ¿ya revisó el Gobierno el caso de los 30 guerrilleros a indultar por estar condenados por rebelión y conexos leves y los comparó con los procesos penales por delitos graves que hay contra los frentes a que pertenecen? ¿Qué pasará si después, en las confesiones ante la proyectada Comisión de la Verdad, se conoce que esos indultados cometieron delitos graves?”.
Caminos distintos
La suerte de los presidentes de la llamada ala chavista en Suramérica ha sido muy distinta. El iniciador de esa corriente, Hugo Chávez, falleció a comienzos de 2013, dejando huérfana la llamada “revolución bolivariana”, pues si bien su sucesor Nicolás Maduro ganó en las urnas la Presidencia, casi tres años después la oposición podría triunfar, en diciembre próximo, en los comicios legislativos. Evo Morales, de Bolivia, llegó al poder en 2006 y tras dos reelecciones, días atrás el Congreso de su país aprobó que en febrero de 2016 se lleve a cabo un referendo para decidir si el mandatario podrá postularse para un nuevo periodo, lo que abriría la posibilidad de que permanezca en la Presidencia hasta 2025. A su turno, Rafael Correa, de Ecuador, quien llegó a la Presidencia en 2007 y suma dos periodos, prácticamente instruyó a sus mayorías parlamentarias para que aprobaran días atrás, en un proyecto sobre reelección, una norma que le impide presentarse como candidato en 2017. Y a ello se suma que el kirchnerismo acaba de salir del poder en Argentina, tras doce años en el poder.