Esperanza azul

Mientras que en fuentes de la bancada parlamentaria conservadora se insiste en que están a la espera de la fecha para una reunión con el presidente Santos, en donde se hablaría “de manera franca y directa” sobre el apoyo del Ejecutivo a proyectos de ley y reforma constitucional presentados por la colectividad o en vías de ser radicados en próximas semanas, en los pasillos de la Casa de Nariño se afirma que el Jefe de Estado ya le tiene cierta prevención a esta clase de cónclaves, sobre todo después de las polémicas surgidas por las reuniones con los congresistas liberales y de La U.

¿El elegido?

La decisión del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, de designar como secretario de Gobierno al actual titular de la Secretaría de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, fue entendida en algunos corrillos del Concejo como una confirmación de la hipótesis que viene circulando en la capital del país (y que fue publicada días atrás por esta Sección) en torno de que el mandatario de los bogotanos estaría pensando en que si llega a ser separado del cargo por una decisión de la Procuraduría, su sucesor temporal sería el exsenador tolimense, que se ha convertido no sólo en el funcionario estrella de la Administración, sino que evidencia una fidelidad a toda prueba con el burgomaestre.

¿Replanteamiento?

La última encuesta  Gallup, que marcó un descenso en la popularidad del expresidente Uribe, no sólo confirma lo que había dicho días atrás a esta Sección un reconocido estratega político, respecto de que los puntos que perdía el Gobierno y el presidente Santos en los sondeos de opinión no estaban pasando automáticamente a las toldas del exmandatario, sino que evidencia que el discurso crítico contra todo lo que hace la Casa de Nariño está empezando a perder efecto e impacto mediático. Por lo tanto se prevé un cambio de táctica en el uribismo, pues es claro que el éxito de la lista al Senado del Centro Democrático está atado directamente a la popularidad del expresidente.

Pa’ todos (I)

En los gremios de la producción se considera que el Gobierno debe poner puntos de medición al plan de salvamento industrial que lanzó semanas atrás bajo el nombre de “Pipe”. Según lo dijo un dirigente gremial a un periodista de EL NUEVO SIGLO, es urgente que varios de los anuncios de ese plan empiecen a aterrizarse en el día a día de la economía real, pues la reglamentación de varias de las medidas se está demorando más de lo esperado y su aplicabilidad práctica aún no comienza.  

Pa’ todos (II)

En ese orden de ideas se espera que el Consejo Gremial le pida una reunión al presidente Santos en los próximos días, con el fin no sólo de analizar el arranque de “Pipe” sino también para pedirle que se tengan en cuenta planes de choque para otros sectores económicos que hasta el momento no han sido cobijados por las medidas gubernamentales. Esto debido a que algunos gremios le protestaron a la cúpula de las organizaciones productivas porque no han pedido un tratamiento igual para todos los sectores.