Mucho eco tuvo en las toldas santistas lo que pasó ayer en Costa Rica, en donde tras la revelación de una encuesta en que el candidato Luis Guillermo Solís  aventaja por más de 40 puntos al aspirante Johnny Araya en las preferencias para la segunda ronda de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 6 de abril, este último renunció. Apenas claro que una ventaja de esas dimensiones era muy difícil de descontar y menos faltando tan poco tiempo para la cita en las urnas, por lo que la decisión de Araya no sólo es lógica desde el punto de vista político, sino que le ahorra al Estado una suma importante de recursos al no tener que realizar una elección cuyo resultado estaba cantado. ¿Será que en Colombia, en donde Santos le tiene una amplia ventaja a sus rivales, incluso casi cuadruplicándolos, pasaría algo similar?

Razón de fondo’

En los últimos días hubo malestar entre varios gobernadores por algunos pronunciamientos de congresistas que se oponen a la posibilidad de que los períodos de los mandatarios regionales sean ampliados de cuatro a seis años, tal y como lo propuso el presidente Santos días atrás. Para algunos mandatarios regionales es claro que detrás de esas críticas a su gestión lo que se esconde es una maniobra política de los parlamentarios que quieren hacerse al poder de alcaldías y gobernaciones el próximo año.

Debate a la vista

A menos de diez días de que comiencen las sesiones parlamentarias para este último tramo de la legislatura, uno de los temas que concentrarán varios debates en Senado y Cámara es el relativo a la crisis que atraviesan varios de los sistemas masivos de transporte público articulado en todo el país. Incluso, según conoció EL NUEVO SIGLO, un senador pedirá al Gobierno que diseñe un nuevo documento Conpes lanzando un salvavidas general a todos estos sistemas, ya que la mayoría atraviesa problemas relacionados con baja demanda, desfinanciación, competencia desleal, demoras en la construcción de troncales, estaciones y parque automotor articulado y complementario.

‘Super-transmi’

Pero también estarán sobre la mesa otros proyectos más audaces para tratar de acabar con la crisis. “Uno de los mayores problemas de los sistemas articulados de transporte es que el control sobre su funcionamiento es demasiado local, por lo que una de las ideas que esperamos plantear es la creación de una superintendencia especializada para vigilar al centímetro todos los transmilenios del país… No hay que olvidar que la Nación pone el 70 por ciento de los recursos con que se construyen estos sistemas, y ello da lugar a que desde el Gobierno nacional se tenga todo el derecho a vigilar qué es lo que se está haciendo con esas millonarias inversiones”, precisó un parlamentario.