Al arrancar hoy la segunda de las tres semanas de la campaña para la segunda vuelta presidencial hay dos incógnitas que trasnochan a los equipos estratégicos de las campañas santista y zuluaguista. La primera tiene que ver con los cálculos respecto a qué pasará con el volumen de votación el 15 de junio, teniendo en cuenta que el 25 de mayo sufragaron 13,2 millones de ciudadanos, con una abstención que rozó el 60 por ciento, superior al promedio histórico. Aquí hay dos grandes hipótesis que, paradójicamente, terminan siendo comunes a ambas campañas.
¿Más votación?
Una de esas hipótesis sostiene que la votación aumentará, pues el sorpresivo resultado de la primera vuelta contradijo lo que decían la mayoría de las encuestas cuando a los consultados se les preguntaba, no por quién en específico iban a votar, sino sobre quién creían que sería el elegido y la mayoría se inclinaba por el nombre del presidente-candidato Juan Manuel Santos. Los cálculos, dentro de esta hipótesis, indican que la votación llegaría el 15 de junio a rodear los 15 millones de sufragios, con especial repunte de Bogotá y la Costa.
Las razones
“… Hubo santistas que se confiaron y no fueron a votar y hubo uribistas que se resignaron anticipadamente y tampoco fueron a las urnas… Ahora ese potencial de votantes sí irá a votar, los primeros porque saben que su voto faltó en la primera vuelta para mantener la ventaja que tenían y los segundos porque creen que tienen ahora sí posibilidades reales de triunfar”, precisó un alto cargo de una de las dos campañas, que pidió la reserva de su nombre.
¿Menor votación?
La segunda hipótesis sostiene que, en el mejor de los casos, la votación se repetirá o subirá muy escasamente. Las razones que se argumentan en este caso tienen que ver con la distracción del electorado en el Mundial de fútbol (incluso Colombia juega un día antes de la cita en las urnas), la época vacacional de mitad de año y hasta la celebración del Día del Padre, que tradicionalmente es el tercer domingo de junio, así comercialmente y hasta vía decreto el Gobierno lo haya corrido para el domingo 22. Incluso traen a colación lo que pasó en 2010, cuando en la primera vuelta y con una amplia baraja de candidatos, un total de 14,78 millones de colombianos fueron a las urnas, pero en la segunda vuelta, ya sólo con dos aspirantes en la contienda, ese volumen disminuyó a casi 13,3 millones, es decir, que 1,4 millones de colombianos dejaron de ir. “… Y hace cuatro años Colombia no estaba clasificada al Mundial”, precisó la misma fuente de campaña citada.
Ojo a debates
La otra duda que está poniendo a pensar a los estrategas de ambas candidaturas presidenciales se refiere a cuál podría ser el impacto de los debates televisados entre Santos y Zuluaga que están programados, y cuántos cara a cara deberían darse. Incluso, si esas mediciones de ambos aspirantes deberían limitarse sólo a la televisión o también podrían extenderse a los medios radiales. Los resultados y análisis tras los únicos dos debates antes de la primera vuelta y el sorpresivo resultado electoral el 25 de mayo han dado para múltiples interpretaciones en las campañas, proyectando conclusiones contradictorias en no pocos casos.