Dos años políticos
Tal como se había previsto en esta Sección desde hace dos meses, el presidente Santos despejará a mediados del próximo año la incógnita sobre si aspirará o no a la reelección en 2014. Para los analistas, congresistas y dirigentes políticos esto configura, de entrada, dos escenarios políticos, un antes y un después. Es decir, que mucho de lo que se haga, diga o planee en el primer semestre en materia de la puja por la sucesión en la Casa de Nariño estará supeditado, condicionado e incluso restringido a la decisión que anuncie el Jefe de Estado cuando vaya a arrancar la segunda parte del año. En ese orden de ideas se puede, desde ya, hablar de que habrá dos años políticos en 2013, pero que, sin duda, el más importante será el segundo tiempo.
Stand by oficialista
¿Hay campaña presidencial ya? No, ésta oficialmente empezará a partir del pronunciamiento de Santos sobre su aspiración a repetir, sí o no, en el cargo. Sin embargo, se puede hablar ya de una precampaña, no sólo porque existe fecha para que se tome la decisión más importante en la carrera presidencial sino porque los partidos y movimientos que no dependen de las directrices de la Casa de Nariño ya tienen una vía más certera para empezar a moverse. En la otra orilla, los partidos Liberal, Conservador, La U, Verdes y Cambio Radical quedan en una especie de stand by hasta junio o julio, o incluso agosto, en caso de que el Primer Mandatario decida que el mejor escenario para anunciar una posible aspiración a otro período gubernamental sea el corte de cuentas sobre lo hecho en el tercer año de su mandato.
Obligado a mover
A diferencia de lo que le pasa a la coalición de Unidad Nacional, que quedará ‘congelada’ hasta mediados de año en materia de definición de estrategia presidencial, la oposición tendrá un amplio margen de acción en esta etapa de precampaña. Por ejemplo, el uribismo tiene ahora un semestre para decidir qué hará, es decir, si se le mide a la difícil tarea de imponer un candidato de su cauda en la puja interna en La U (en donde el santismo marca los ritmos) o si, en su defecto, apuesta por armar un partido propio -respaldado en firmas- y lanza su aspirante propio, jalonando de paso una lista al Senado, que si llega a ser encabezada por el expresidente, de seguro tendría una votación importante en los comicios legislativos de marzo de 2014, lo que impactaría la carrera por la sucesión en la Casa de Nariño.
Todo el arsenal
A su turno el Polo, que tiene candidata propia ya designada, la exalcaldesa Clara López, dedicará el primer semestre, no a someter a su aspirante a un innecesario desgaste mediático y político, sino a disparar colectivamente todo el arsenal de críticas y reparos al Jefe de Estado, pues saben que tratar de demoler a éste es, por consecuencia obvia, buscar quitarle piso a la continuidad santista en el poder, ya sea en cabeza del hoy Jefe de Estado o, en caso de que no haya aspiración reeleccionista, al candidato o candidatos de la Unidad Nacional que traten de abanderar lo realizado por este en casi tres años de gestión.