De aquello, nada…
Muy molestos se encuentran algunos senadores y representantes debido a que, al hacer el corte de cuentas de la legislatura que está a punto de terminar, están viendo que los acuerdos a que se había llegado con el Gobierno en las primeras semanas de marzo pasado, en torno de que el Ejecutivo daría impulso a los proyectos de ley y acto legislativo de origen parlamentario, no se cumplieron y al final fue la agenda de la Casa de Nariño la que terminó acaparando buena parte del tiempo y las aprobaciones en comisiones y plenarias.
Poco o nada
“… El problema aquí no es el Gobierno ni los ministros… El problema son los propios partidos que van a la Casa de Nariño y echan carreta y carreta en las reuniones de la Unidad Nacional, y también los partidos que están en la oposición, pues pocas veces presentan proyectos viables… Se suponía que esta vez los proyectos de los parlamentarios tendrían algo de prioridad y que los ministros del ramo vendrían a los debates y estarían pendientes de hacer observaciones y buscar apoyos políticos para sacar adelante las iniciativas… Todo eso se habló en la Mesa de Unidad Nacional y, al final, nada de eso pasó… Sólo hay que revisar el listado de proyectos aprobados -o que están en vías de serlo-, para ver que esto es cierto”, precisó un representante de La U, que habló a condición de no revelar su nombre.
Nubarrones
El panorama para el proyecto de reforma pensional, que se supone deberá llegar al Congreso a finales de julio, una vez arranque la última legislatura de este cuatrienio, parece complicarse tempraneramente, no sólo porque los sindicatos ya están preparando movilizaciones y paros para el segundo semestre, sino porque en los propios corrillos de senadores y representantes se afirma que el Gobierno es muy arriesgado al radicar una iniciativa de tantas implicaciones en plena época electoral. Es claro que para la opinión pública mencionar el tema de reforma al régimen de jubilaciones ya le genera una reacción de prevención.
Umbral quieto
No hay ninguna posibilidad de que el Gobierno apoye en el segundo semestre un proyecto en el Congreso dirigido a modificar el umbral electoral. Esa premisa ya la tienen clara la mayoría de los partidos y movimientos políticos pequeños, que llevan varios meses esperando a que el Ejecutivo les dé una ayudita, pues en los comicios parlamentarios de marzo próximo el umbral sube a 3 por ciento, es decir, que las listas al Senado y la Cámara que no logren ese mínimo porcentaje del total de votos válidos para cada circunscripción, no entrará en la repartición de curules.
Fusión, la vía
En los cálculos de los partidos se indica que un umbral del 3 por ciento implicará que cada lista, para el caso del Senado, tendrá que sumar como mínimo entre 400 mil y 450 mil votos. Si no logra ese piso es muy posible que no alcance ninguna curul lo que condenaría al partido o movimiento al ostracismo político. De allí que la tesis de que sólo mediante fusiones de partidos se podrá esquivar este riesgo, no sólo se esté abriendo paso entre los congresistas, sino que se pidió a un grupo de prestigiosos juristas que dé luces sobre el tema.