“La situación es insostenible”. Ese habría sido el mensaje que el martes desde la Casa de Nariño se habría trasmitido a la cúpula del Ministerio de Defensa y esta, a su vez, al director de la Policía, general Rodolfo Palomino, tras el nuevo pico de la crisis en la institución. Ello explicaría por qué apenas 24 horas después de que Palomino hubiera expedido, la mañana del martes, un comunicado en donde decía que respondería ante la Procuraduría por la investigación que le abrió pero que no iba a renunciar, finalmente ayer tuvo que dar un paso al costado. Fue evidente que el presidente Santos ya no tenía margen de acción para seguir respaldando al Director de la Policía, pese a que lo venía apoyando irrestrictamente desde el momento en que estalló el escándalo sobre presuntas anomalías relacionadas con redes de prostitución homosexual, denuncias de tráfico de influencias, espionaje a periodistas y hasta pesquisas sobre su patrimonio.
¿Saldría en dos meses?
Tras la salida semanas atrás de dos altos cargos, como la subdirectora de la Policía y el encargado de la seguridad presidencial, se pensaba que Palomino estaría unos dos meses más en su puesto, pues la idea del Gobierno era que su salida no se entendiera como resultado de la crisis institucional sino como el relevo rutinario de un Director que llevaba más de años y medio en el cargo. Sin embargo el riesgo de que la Procuraduría pudiera llegar a suspender en algunas semanas a Palomino y el escándalo político y mediático por el video de alto contenido sexual que propició la renuncia del viceministro del Interior, forzaron tanto al alto oficial como al Gobierno a acordar su salida inmediata.
Sin plan B
“Si el plebiscito se cae, lo que no veo muy posible y me inclino más a pensar que habrá una sentencia modulada de la Corte Constitucional, la Asamblea Constituyente no es el primer plan B que tiene el Gobierno”, dijo una alta fuente del Ejecutivo al ser preguntada por un periodista de EL NUEVO SIGLO sobre qué pasaría si el Alto Tribunal tumba el mecanismo de refrendación popular de un eventual acuerdo de paz con las Farc. Según la fuente consultada hay mucho “alboroto” sobre el tema de la constituyente, olvidando que su convocatoria y realización así como la promulgación de la nueva Carta podría tardar, en el mejor de los casos, no menos de un año, plazo al que no está dispuesto el Gobierno porque sería equivalente a que la sesiones de la Asamblea terminaran siendo casi paralelas al arranque de la campaña presidencial a mediados de 2017.
¿Presidente de transición?
A propósito de este tema y de la insistencia de la guerrilla sobre el tema de la Constituyente, un senador de La U advirtió que había que “pararle bolas” a las voces de dirigentes de izquierda que “viajan seguido a La Habana” y que ahora proponen que en el 2018 se elija a un Presidente de transición, cuyo periodo sería muy corto, dando lugar a que las Farc, una vez convertidas en partido político, pudieran participar en una nueva elección de Jefe de Estado en 2019 o 2020. Según el congresista, es necesario preguntarse si la guerrilla está pensando en una constituyente que recorte ese periodo presidencial.