Pese a las promesas políticas y a las anunciadas ayudas de la comunidad internacional, hoy dos años después del terremoto, la reconstrucción de Haití no ha comenzado.
Así se evidencia con una rápida mirada a la ciudad en la que se puede observar el Palacio Presidencial en ruinas, la catedral y escuelas devastadas, así como innumerables viviendas.
Hace falta dirigirse al norte del país, a la pequeña ciudad de Limonade, destruida por la catástrofe, para encontrar la única obra pública erigida luego del sismo que mató a más de 200.000 personas el 12 de enero de 2010: un campus universitario ofrecido llave en mano por la vecina República Dominicana.
Tres planes de reconstrucción del centro de Puerto Príncipe, uno de ellos preparado por la Fundación del Príncipe Carlos, esperan aún en los cajones.
"Vamos a hacer una fusión de las diferentes propuestas y proponer una versión final de la reconstrucción del centro de la capital", aseguró a la AFP Arry Adams, jefe de la nueva autoridad encargada de la reconstrucción.
Las repetidas crisis características del país más pobre de las Américas, agitadas elecciones y una larga transición gubernamental no han facilitado la ejecución de los proyectos, para mayor perjuicio del medio millón de damnificados que aún esperan instalados en campamentos "provisorios".
"Es necesaria una verdadera política para hacer avanzar la reconstrucción", señala el alcalde de la capital, Jean Yves Jason, quien percibe una mayor voluntad del lado del nuevo presidente Michel Martelly, en el poder desde mayo pasado, que el demostrado por el equipo del anterior gobierno de René Préval.
El Primer ministro Garry Conille acaba de decretar al 2012 como "el año de la reconstrucción", con la esperanza de retirar los cinco millones de metros cúbicos de escombros que aún cubren las calles de la capital.
"Vamos a lanzar la construcción de una veintena de edificios públicos y de más de 3.000 viviendas sociales", anunció el jefe de gobierno, señalando no obstante que para realizar estos proyectos es necesario contar con "los recursos financieros de la comunidad internacional y con la capacidad de los haitianos de trabajar en conjunto".