No son pocas las dificultades que viene afrontando el Ejército Nacional en los últimos años para cumplir con las cuotas de reclutamiento de soldados regulares, pues cada día es mayor el número de jóvenes que culminan su secundaria e ingresan a la universidad, incluso a muy temprana edad.
El director Nacional de Reclutamiento y Control de Reservas del Ejército Nacional, coronel Juan Carlos Mejía Gutiérrez, afirmó que aunque es muy bueno que los jóvenes, que son el futuro del país, se formen, concluyan su bachillerato y arranquen una carrera profesional para que contribuyan al progreso y desarrollo de la nación, cada día es difícil cumplir con las exigencias del servicio militar obligatorio en materia de soldados regulares, es decir aquellos que pueden ser enviados a combate.
“Actualmente el Ejército hace incorporaciones en todo el país para el servicio militar obligatorio. Sin embargo, estas incorporaciones se ven limitadas dentro de la Ley 48, que contempla a los exentos y los inhábiles del servicio militar y otras excepciones que se vienen dando después de la implementación de la norma en mención y, por esta razón, se ve muy disminuido el potencial”, expresó el alto oficial.
El coronel Mejía explicó que como “ahora en Colombia acceder a la educación es más fácil que en el pasado, por esta razón tenemos más bachilleres y menos aspirantes a soldados regulares”.
Indicó que otro inconveniente insalvable es que los muchachos terminan muy temprano el bachillerato, es decir, a los 15,16 y 17 años, y a esa edad no pueden definir su situación militar.
“En Colombia un ciudadano debe tener los 18 años para cumplir con el servicio militar obligatorio. Antes los estudiantes llegaban al grado once a los 18 y 19 años y se incorporaban a las filas del Ejército Nacional, hoy no”, explicó.
Sostuvo que con estos jovencitos menores de 18 años, la única posibilidad que hay es entregarles una libreta militar provisional o de aplazamiento, para que cuando lleguen a la mayoría de edad puedan definir su situación militar.
Explicó que en el país cada año se gradúan entre 450 mil o 500 mil bachilleres, pero el ochenta por ciento de ellos son menores de edad. El otro 20 por ciento son mayores de 18 años, pero de éstos solo unos 20 mil son llamados al servicio militar y los otros 60 mil son sobrantes.
“La situación de un bachiller en el Ejército es muy diferente a la de un soldado regular. El bachiller que se incorpora a las filas militares, luego de su etapa de instrucción es enviado a la parte administrativa de las escuelas de formación, batallones, brigadas y divisiones por doce meses, mientras que el soldado regular debe cumplir con una exigencia de 18 meses de servicio y es enviado a otras áreas e incluso a zonas de conflicto”, dijo el alto oficial.
El soldado regular también es enviado a proteger las vías para brindar seguridad a los miles de viajeros en todo el territorio nacional. Igual va a proteger redes eléctricas, infraestructura petrolera, puentes y en general a las zonas consideradas de conflicto, mientras que los soldados profesionales, una tercera categoría, son los que llevan la carga de la guerra, pues cuentan con entrenamiento, preparación exigente y experiencia en la lucha frente al terrorismo, la subversión, el narcotráfico y en general contra los grupos armados generadores de violencia.
En cuanto a los soldados campesinos, otra categoría, éstos prestan su servicio militar en las regiones de donde son oriundos y en las cabeceras municipales, no lejos de sus hogares.
Los engaños
Como se sabe, los bachilleres que no prestan el servicio militar deben pagar una cuota de compensación, de acuerdo con unos parámetros del Ministerio de Hacienda.
Según el director Nacional de Reclutamiento y Control de Reservas, muchos de ellos no cuentan con el dinero y optan por engañar al Ejército incorporándose como soldados regulares.
“Hasta ahí no hay problema, porque los encargados de la recepción de documentos y demás trámites preguntan al aspirante al servicio militar como soldado regular si es bachiller y la respuesta es que solo estudió la primaria e incluso un par de años en la secundaria, pero para nada bachiller”.
Pero luego viene la anomalía. “… El muchacho recibe la instrucción, el entrenamiento y cuando es enviado al Putumayo, al Caquetá, al Chocó, al Catatumbo, a La Macarena u otra región de orden público, se acuerda que es bachiller y aporta todos los documentos que así lo comprueban con certificado”, afirmó Mejía Gutiérrez.
“Este grito en el cielo (del soldado y de su familia) nos obliga a tomar medidas inmediatas y enviar al bachiller a la parte administrativa de su ciudad de origen, situación que nos acarrea una serie de inconvenientes con costos y otros procedimientos administrativos que deben correr por cuenta del Ejército Nacional. Estamos tomando medidas especiales para evitar que se nos asalte la buena fe con estos casos de soldados regulares que resultan bachilleres”, precisó el coronel.
Objeción de conciencia
Otro de los fenómenos que se presenta es el relativo a la negativa a prestar el servicio por cuestiones de convicción religiosa.
Según el coronel cuando un joven que ingresa al servicio militar obligatorio y acude a la objeción de conciencia, entonces se aplaza de inmediato su incorporación para establecer si está fundamentada y es por su credo o religión.
“Algunos jóvenes se vuelven objetores de conciencia 24 horas antes de ingresar a una unidad militar para cumplir con su servicio militar obligatorio, tras aducir que su religión les prohíbe tener armas en sus manos”, sostiene Mejía.
Explicó que “ante estos hechos, es necesario adelantar todos los procedimientos para establecer la verdad y adquirir todas las pruebas suficientes que nos permitan colegir que ese joven dice la verdad, cuando acude a la figura de objeción de conciencia”.
Las estadísticas señalan que el Ejército incorpora cada año al servicio militar entre 80 mil a 90 mil hombres, mientras que la Armada Nacional, la Fuerza Aérea, la Policía y el Inpec incorporan otros 28 mil o 30 mil, para un total de unos 118 mil hombres.
“Se nos presentan unos 30 casos de objeción de conciencia. Realmente es una cifra reducida pero importante para nosotros”, indicó Mejía.
Las ‘batidas’
En las últimas semanas hay denuncias en torno a que patrullas militares adelantan las llamadas “batidas” para incorporar jóvenes al servicio militar obligatorio, operativos que fueron restringidos por la Corte Constitucional.
Según el coronel “es imposible decir que no se presentan situaciones especiales o problemas aislados. Por fortuna son muy pocos que rápidamente corregimos”.
“Nosotros cumplimos con la orden de la Corte Constitucional en su sentencia, donde registra que un ciudadano colombiano puede ser requerido momentáneamente para adelantar una inscripción. Es decir, cuando el joven mayor de 18 años no nos aparece en el sistema, entonces le hacemos la inscripción en breve tiempo, como dice la Ley, para citarlo al Distrito Militar correspondiente para definir su situación militar”, explicó.
El alto oficial aclaró que se presentan quejas porque a los muchachos les rompen las boletas o papeles de los Distritos y se los llevan para otras unidades, “pero todos esos inconvenientes los estamos solucionando a la mayor brevedad”.
En el caso de los remisos del servicio militar que son mayores de 18 años, Mejía Gutiérrez explicó que se trata de los jóvenes que hicieron todo el proceso de enlistamiento y se encontraban listos para incorporarse, pero no lo hicieron. En estos casos “si los encontramos, entonces sí los podemos conducir para que continúen con el proceso y se incorporen a las filas”.
Más de 800 mil remisos
En Colombia hay oficialmente 800 mil 383 jóvenes remisos que, por cada año de demora en solucionar esta situación, deben pagar una multa de un millón doscientos mil pesos.
“Cada año que pasa a esos jóvenes se les va incrementando la multa con sus respectivos intereses, pues cada seis meses deben pagar una multa de un salario mínimo mensual vigente, o sea que por año la cifra se eleva a un millón doscientos mil pesos, aproximadamente”, acotó Mejía.
Muchos de los remisos tienen excepciones de ley “...porque son hijos únicos, o huérfanos, o cabezas de familia, afrontan graves quebrantos de salud y por otras connotaciones y, por el susto de aparecer en una unidad militar, no se presentan y quedan expuestos a pagar esas multas”.
Incluso, insistió el coronel, “muchos de esos jóvenes fueron declarados remisos cuando tienen las pruebas de que el día de la citación no pudieron acudir por cuanto sufrieron un accidente o tuvieron un problema grave de salud, una calamidad doméstica, el deceso de un miembro de su núcleo familiar u otro problema que pueden demostrar… Nosotros inmediatamente tenemos que buscar soluciones para que esa multa no se haga efectiva, porque los documentos y los hechos así lo demuestran”.
Afirmó que la solución la tienen los jóvenes que se encuentran en esta situación, es presentarse en la unidad militar correspondiente y exponer su situación. Para ello el Ejército Nacional cuenta con doce zonas de reclutamiento y con 60 distritos a todo lo largo y ancho del territorio nacional.
El alto oficial señaló que un joven cuando tiene 17 años y pasa al segundo semestre del año debe inscribirse porque ya va a cumplir la mayoría de edad y debe definir su situación militar.
“… Cuando un muchacho cumpla los 18 años debe estar inscrito, pero esto no quiere decir que va a prestar servicio militar, porque existen excepciones y otros quedan sobrantes, pero si no acude al Distrito Militar, entonces queda remiso y expuesto a las multas de rigor”.
Mejía Gutiérrez también recomendó a las familias de estos jóvenes que no acudan a intermediarios porque los estafan “y se quedan sin la plata y sin la libreta militar”.
Este año por internet
El coronel Mejía Gutiérrez reveló que, de acuerdo con la Ley Antitrámites, la Jefatura de Reclutamiento y Control de Reservas estructuró un sistema para que a partir del próximo 10 de enero los jóvenes colombianos puedan acceder a la entidad a través de Internet para conocer su situación frente al servicio militar obligatorio.
“Un ciudadano que cumplió los 18 años, con su número de cédula de ciudadanía e incluso con la tarjeta de identidad puede verificar cómo va su proceso de definición de su situación militar. También puede iniciar el proceso de inscripción para que evite las molestias que se presentan en un Distrito Militar con la presencia de decenas de jóvenes. Se puede hacer la inscripción directa en el sistema y más adelante que pueda cancelar el costo de la libreta y obtener su recibo correspondiente”, anotó.
Aclaró el oficial que no todo el proceso de definición de la situación del servicio militar obligatorio se puede hacer a través de la plataforma de Internet, porque los exámenes médicos se deben adelantar en el Distrito correspondiente.
Con Garantías
El coronel Mejía Gutiérrez afirmó que un muchacho que ingresa al servicio militar tiene muchas garantías y beneficios de ley, pues el Estado en principio está obligado a atender todas sus necesidades básicas, vestuario, alimentación y en salud.
Muchos de los soldados bachilleres, campesinos y regulares deciden continuar la carrera militar como oficiales, suboficiales y como soldados profesionales, porque se sienten orgullosos de pertenecer al Ejército, la Armada Nacional y la FAC.
Y, los que terminan el servicio militar, también gozan de otros beneficios, explicó Mejía Gutiérrez, pues el año o los 18 meses son computables para su pensión, tienen prelación para ingresar a las universidades para su formación profesional e incluso para el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA y para obtener un empleo.
“En este momento se adelantan estudios para que los muchachos que prestan el servicio militar tengan más beneficios y para ello contamos con la ayuda de los medios de comunicación”, puntualizó el director Nacional de Reclutamiento y Control de Reservas.