Rebaja a cientos de miles de contribuyentes en 2015 prometió el  presidente de Francia, François Hollande, y descartó la más mínima implicación en los problemas judiciales de su predecesor Nicolas Sarkozy.

"Haremos de tal forma que cientos de miles de franceses paguen menos impuestos" el año próximo, dijo Hollande en una entrevista televisiva concedida con motivo de la fiesta nacional del 14 de julio.

El presidente socialista hace su promesa en un contexto de conflictividad social, desempleo endémico (en torno al 10% de la población activa) y rebelión de algunos diputados de su partido.

El presidente dijo que la recuperación económica es una realidad, pero es "demasiado frágil, demasiado dubitativa y demasiado vulnerable".

François Hollande reconoció que se ha equivocado prometiendo una inversión a fines de 2013 de la curva del desempleo, que no ha dejado de aumentar desde que asumió la presidencia en mayo de 2012.

El mandatario se defendió haciendo valer "un nuevo impulso" contra el desempleo, concretado según él en el llamado "pacto de responsabilidad y solidaridad".

Dicho pacto, que quiere mejorar la competitividad económica de Francia, contempla una reducción de la carga impositiva para las empresas, a cambio de que éstas contraten e inviertan de aquí a 2020.

Al hilo de esto, Hollande dijo que ahora las empresas deben demostrar su confianza en la economía francesa, haciendo lo que se les pide a cambio de la rebaja de impuestos.

De su primer ministro Manuel Valls, que ha cumplido ya cien días en el cargo, dijo que no tiene con él ninguna discrepancia, y que si lo ha elegido es por su eficacia, su organización y su celeridad. "Nada puede separarnos" en el objetivo que es el éxito del país, remachó el presidente.

El presidente aseguró por otro lado que no tiene absolutamente nada que ver en los problemas judiciales de Sarkozy, quien atribuyó su reciente inculpación por corrupción a una "instrumentalización política de parte de la justicia".

La idea de inmiscuirse en la justicia, dijo Hollande este lunes, "es totalmente contraria a mi concepción de la democracia y también al espíritu de mi responsabilidad".

"Nadie puede intervenir en la justicia, y menos aún desde la cúpula del Estado", insistió./AFP