Los dos primeros ataques de drones estadounidenses este año en Pakistán han matado al menos a 16 insurgentes en una zona tribal del noroeste, poco después del ataque de los talibanes contra el mayor aeropuerto del país.
Diez rebeldes murieron la mañana del jueves en Waziristán del Norte, región considerada un bastión de la insurgencia vinculada a Al Qaida, según varias fuentes de las fuentes de seguridad.
Con anterioridad, un misil disparado por un drone mató a seis insurgentes en la localidad de Dargah Mandi, a unos 10 km al oeste de la ciudad de Miranshah.
Las dos operaciones apuntaban a los mismos blancos.
Los tiros de aviones no tripulados estadounidenses fueron suspendidos en diciembre pasado a requerimiento de Islamabad. El último se produjo el 25 de diciembre.
Su reanudación, poco después de dos ataques sucesivos, el lunes y martes, contra el aeropuerto de Karachi, reivindicados por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), hacen pensar en una posible coordinación entre Estados Unidos y Pakistán.
Islamabad denuncia estos bombardeos supervisados por la CIA, la agencia estadounidense de información exterior, por estimar que violan su soberanía territorial.
No obstante, documentos publicados estos últimos años muestran que Islamabad autorizó varios operativos con estos aviones sin ocupantes.
Al amanecer del jueves, tres drones dispararon seis misiles contra insurgentes reunidos en un campo de base, precisó a la AFP un responsable local de seguridad, y añadió que dos vehículos también fueron bombardeados.
- Proceso de paz bloqueado -
Cuatro de los seis insurgentes muertos el miércoles eran uzbekos y los otros dos eran talibanes del Punjab, según un responsable de los servicios de información paquistaníes.
Los talibanes paquistaníes y el movimiento islámico de Uzbekistán indicaron que yihadistas uzbekos secundaron a los talibanes en el asalto de más de 12 horas que causó 37 muertos el domingo y lunes pasados en el aeropuerto de la ciudad de Karachi, pulmón económico del país.
El aeropuerto, el mayor del país, sufrió un segundo asalto talibán, breve y sin víctimas, unas horas después.
Estos ataques bloquearon un intento de proceso de paz comenzado a principios de año con el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), principal movimiento talibán paquistaní, surgido en 2007 y considerado responsable de miles de muertos.
Los ataques relanzaron los llamamientos de parte de la sociedad civil para no hacer concesiones al TTP y lanzar una ofensiva militar de envergadura contra sus bastiones, sobre todo en Waziristán del Norte, y neutralizar el grupo rebelde.
El ejército se ha negado hasta el momento y prefiere responder a los ataques rebeldes con bombardeos precisos en las zonas tribales.
La mañana del martes, por ejemplo, poco después del primer ataque contra el aeropuerto de Karachi, los aviones de las fuerzas aéreas paquistaníes bombardearon una zona rebelde del noroeste y mataron al menos a 15 insurgentes.
El ejército añadió que destruyó "nueve guaridas de terroristas" en el valle de Tirah, en la zona tribal de Khyber, balance que no pudo ser cotejado con fuentes independientes.
Por tenor a una ofensiva masiva e inminente del Ejército, casi 60.000 habitantes de Waziristán del Norte han abandonado sus tierras desde el mes pasado.