Ratificada doctrina sobre matrimonio y homosexuales | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Junio de 2015

Que  los divorciados vueltos a casar deberán cumplir un camino penitencial para acceder a la Eucaristía, que el matrimonio es entre hombre y mujer así como indisoluble y que toda persona, independientemente de su condición sexual debe ser acogida con respeto en la Iglesia y la sociedad, establecieron los obispos católicos en el documento base que servirá para el Sínodo de octubre en el Vaticano.

Así se desprende con la presentación de  Instrumentum Laboris, que analizará la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que bajo el tema “Vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo” se reunirá en octubre en el Vaticano y que fue convocada por el papa Francisco para adecuar la Iglesia a los retos del siglo XXI.

El documento retoma  los planteamientos hechos en Relatio Synodi, las conclusiones de la pasada asamblea de purpurados realizada en octubre de 2014 y se enriquece con ideas de la reciente encíclica del Papa Francisco, Laudatio Si.

Dividido en tres grandes acápites, a saber “Escuchar los desafíos de las familias”, “El discernimiento de la vocación familiar” y “La misión de la familia hoy”, analiza profundamente una variedad de temas que van desde el matrimonio natural y  la procreación, hasta el determinante rol de la mujer, actualmente víctima de flagelos como la violencia, la explotación y esterilizaciones forzadas.

A ello agregan reflexiones sobre el aborto, la homosexualidad y  la educación de los hijos sobre la base de la diferencia sexual.

El documento de la jerarquía católica reafirma la indisolubilidad del matrimonio sacramental, el que por naturaleza y complementariedad es entre un hombre y una mujer. Admite que se puede fracasar en el mismo llevando a una ruptura definitiva o a solicitar la nulidad, situación ante la cual existe consenso para que el procedimiento sea administrativo (bajo la responsabilidad de un Obispo diocesano), expedito y  gratuito.

En un tema de vital interés para un amplio sector de católicos, actualmente alejados  de la Iglesia por ser divorciados vueltos a casar, los obispos son enfáticos en señalar que “no se puede caer en formas de exclusión como las de hoy, en el ámbito litúrgico-pastoral porque estos fieles no están fuera de la Iglesia”.

Sin embargo aclaran que para el retorno de estos feligreses deben cumplir “caminos de integración pastoral que deben estar precedidos por un discernimiento oportuno y se deben realizar según una ley de gradualidad, en el respeto de la maduración de las conciencias”.

Sobre el acceder a la Eucaristía para estos  divorciados vueltos a casar, el documento Instrumentum evidencia común acuerdo sobre la hipótesis de un camino penitencial, bajo la responsabilidad de un Obispo.

Los purpurados ratifican que  la Iglesia no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo (homosexuales o gais),  pero  son enfáticos en señalar que  toda persona, independientemente de su tendencia sexual debe “ser respetada en su dignidad y acogida con respeto y delicadeza, en la Iglesia y en la sociedad”. Por ello, agregan, se buscan proyectos pastorales específicos para personas homosexuales y sus familias.

En otro, de las decenas de acápites manifiestan tanto la procreación como laeducación de los hijos debe basarse en la diferencia sexual, “porque éstas se fundamentan en el amor conyugal entre hombre y mujer”, el que se hace sacramento en el matrimonio.

Según expresó a Radio Vaticano el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, al presentar hoy el documento en la Santa Sede, manifestó que el documento que será abordado por obispos de todo el mundo entre el 4 y el 25 de octubre, a la luz del Evangelio y bajo la coordinación del papa Francisco también aborda otros  desafíos de la humanidad, como lo son la pobreza y la exclusión social, la tercera edad, la viudez, el luto en la familia, la discapacidad, las migraciones, el papel de la mujer, la afectividad y la educación de la sexualidad, la bioética.

“Es muy relevante en este documento de los obispos la referencia a la indigencia económica de muchas familias que corren el peligro de la usura y al compromiso socio-político de los cristianos en favor de la familia, también en el contexto internacional. En este sentido,  consideramos  útil la proposición de la Carta de los Derechos de la Familia, en unión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, agregó el cardenal Baldisseri, según informaciones divulgadas por la sala de prensa del Vaticano.