Bajo el nombre de “ranas que salvan ranas”, ProAves, Fundación que estudia y protege la fauna silvestre colombiana, y su agencia de publicidad, Havas Creative, han creado una campaña ecológica que mezcla educación con juegos populares para salvar una especie única en el mundo: la Rana Terribilis, un anfibio de intenso color amarillo y que solo vive en Colombia, concretamente en Timbiquí, Cauca.
Con apenas 5 centímetros, es el vertebrado más venenoso del mundo y es considerada como una de las siete maravillas del medio ambiente. Hoy en día, la especie está amenazada debido a la caza ilegal y a la destrucción de su hábitat.
El protagonista de esta campaña es también muy colombiano. Se trata del popular juego de la rana, que fue rediseñado gracias a la ayuda de expertos ambientalistas y talentosos artesanos, reemplazando las figuras por réplicas exactas de la Rana Terribilis y vistiendo el mueble hasta convertirlo en un pequeño ecosistema natural. “Las vestimos con su hábitat natural y de esta manera creamos una poderosa herramienta didáctica que, además de concienciar, promueve una formación medioambiental y demuestra que, con las ranas, no se juega”, afirmó Andrés Norato, director creativo general de Havas Creative.
La campaña de sensibilización incluye folletos y pieza didácticas y la realización de un documental en Timbiquí a cargo de la productora Zoo Films, que será narrado por Bako, el cantante de la agrupación musical The Mills. Esta producción podrá verse en las salas de cine colombianas en los próximos meses del 2017.
Según Luis Felipe Barrera, director de conservación de la Fundación ProAves, el objetivo principal de “ranas que salvan ranas” es que todos los colombianos se conviertan en portavoces y ayuden a multiplicar el mensaje de sensibilización para que la Rana Dorada Terribilis sea cuidada y valorada por todos y cada uno como parte del patrimonio natural de Colombia, así como lo hacen fuera del país donde la propia Alianza Mundial por la Cero Extinción (AZAE) la considera una de las siete maravillas medioambientales. “Queremos llegar a la mayor cantidad de personas que sea posible y mostrarles, a través del documental, cómo ha sido esta campaña, empezando por la comunidad de Timbiquí, Cauca y la labor de sensibilización que inició precisamente allí, en la cuna de este tesoro natural”, agregó el directivo.
Además de su valor como una maravilla mundial, la Rana Terribilis tiene un significado ancestral para las comunidades indígenas, hechos que son desconocidos por las personas que la capturan para venderla ilegalmente, poniendo sus poblaciones en peligro.
Hasta el momento, la campaña ya ha llegado al Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional, el Jardín Botánico de Bogotá, el Parque Explora, la Universidad Central y, por supuesto, a la Reserva Natural de la Rana Terribilis en Timbiquí, y el objetivo es llegar a todos los rincones de Colombia. Todas las entidades involucradas en la campaña: Havas Creative, The Mills, Zoo films, el Jardín Botánico de Bogotá, el Parque Explora, la Universidad Nacional de Colombia, Chiis.co y GR Digital, han donado su tiempo y su talento a la campaña de ProAves para salvar a la Rana Terribilis
Algunos datos
A diferencia de la mayoría de las ranas, P. terribilis es social y está activo durante el día. Su tamaño es de 1,5 -5 cm. Su color es uniforme y metalizado, principalmente de color amarillo dorado (pero también verde y naranjo), sin el oscurecimiento en las patas traseras o el vientre. Tiene discos diminutos en los dedos de los pies para aferrarse a los árboles y otras plantas.
La época reproductiva coincide con la temporada de lluvias. Estas ranas pueden reproducirse tan a menudo como una vez al mes. Los huevos son puestos en lugares húmedos, como en la hojarasca o bajo las rocas, donde son revisados con frecuencia por los machos para mantener la humedad hasta la eclosión.
Cuando las larvas están listas para eclosionar, el macho libera a los renacuajos dentro la masa de huevos con sus patas traseras. Los renacuajos se arrastran hasta las secreciones de mucosas en la espalda del macho, para ser llevados a un mayor cuerpo de agua a la espera de la metamorfosis. P. terribilis come moscas de la fruta, grillos recién nacidos, hormigas, termitas y escarabajos diminutos.
Al manipular las ranas, se deben usar guantes (la toxina también puede ser transferida a los alimentos de los animales e inclusive las ranas muertas siguen siendo venenosas). Sin embargo, en cautiverio el veneno disminuye, llegando a casi no producirse en los animales criados en cautiverio.
Las instituciones, parques o comunidades que deseen recibir la iniciativa “ranas que salvan ranas” pueden contactarse a través de institucional@ranasquesalvanranas.com o las redes sociales Facebook/Instagram: RanasQueSalvanRanas.
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