Rajada Bogotá en decenal de Cultura 2003-13 | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Septiembre de 2013

A pesarque son pocos los avances en los seis ejes que analizó el Centro de Investigación sobre Comportamiento y Cultura (Corpovisionarios), los habitantes de la capital del país son más tolerantes que hace diez años.

En el primer informe decenal de cultura ciudadana, Bogotá 2003 – 2013, presentado hoy por el ex alcalde Antanas Mockus Sivickas y Henry Murraín Knudson en el Auditorio A Edificio Mario Laserna de la Universidad de Los Andes analiza ¿Qué tan orgullosos se sienten hoy de Bogotá sus habitantes? ¿Cómo ven instituciones como la Policía y el Ejército? ¿Qué ha pasado con la cultura tributaria? ¿Cómo está la confianza en las instituciones políticas? ¿Qué tanto se conoce el Sistema Integrado de Transporte? ¿Han variado nuestras justificaciones para desobedecer la ley o para usar la violencia? ¿Somos una ciudad más o menos tolerante?

Estos interrogantes buscan dar cuenta de la evolución de la capital colombiana alrededor de los ejes seguridad y convivencia; violencia intrafamiliar; movilidad y espacio público; legalidad, cultura tributaria y sistemas regulatorios; tolerancia, confianza y acuerdos; participación ciudadana y valoración de lo público.

Según Encuesta de Cultura Ciudadana (ECC), la calificación otorgada por la ciudadanía a la capital del país es de 2,5 sobre 5, la cual ha permanecido prácticamente invariable a través de la década. Si bien la tasa de homicidios se encuentra en uno de los puntos más bajos de los últimos 30 años, la tasa de hurto a personas prácticamente se duplicó entre 2003 y 2011, pasando de 102.1 a 221.5 casos por cien mil habitantes.

Aunque el atraco es el delito de mayor impacto en la percepción de seguridad, la tasa de violencia interpersonal creció de manera importante entre 2005 y 2013, con un agravante: según un cálculo de letalidad realizado por Corpovisionarios, se determinó que en Bogotá una riña tiene 20 veces más posibilidades de terminar en una muerte que un atraco. En otras palabras, en términos de protección de la vida, es preferible ser víctima de 19 atracos antes que verse involucrado en una sola riña.

Frente a lo anterior, las justificaciones para el uso de la violencia y los problemas de convivencia podrían estar jugando un papel clave: desde 2008, el uso del volumen excesivo entre vecinos es la principal situación problemática de convivencia reportada por los ciudadanos, por encima de las riñas entre borrachos y los problemas de deudas.  Por su parte, si bien algunas de las mayores justificaciones para el uso de la violencia han venido disminuyendo, el 57 por ciento de la ciudadanía –es decir seis de cada diez– justifica utilizar la violencia por distintos motivos. Defender a la familia, luchar contra un régimen injusto, defender propiedades o bienes, defender el honor y alcanzar los propios objetivos son algunas de las justificaciones.

Frente al nivel de acuerdo con el porte de armas, el informe revela que uno de cada siete habitantes en la capital cree que “pensando en la seguridad, lo mejor es tener un arma para protegerse”. No obstante, el análisis sugiere que la validación cultural de la violencia como método de resolución de conflictos es más determinante en esta creencia que el haber sido víctima de un delito o considerar la ciudad insegura. 

Hay variables que son más pronunciadas en los hombres: ellos justifican más usar la violencia que las mujeres, presentan un mayor nivel de acuerdo con el porte de armas y con tomar justicia por mano propia, son los principales agresores en violencia contra la pareja y son también las principales víctimas de homicidios y de muertes en accidentes de tránsito. Lo anterior podría indicar que el estereotipo del “macho machito” que utiliza la violencia para remarcar la hombría, podría ser un importante factor generador de violencia en la ciudad.

 

Falta infraestructura

En movilidad y espacio público también hay hallazgos: si bien la encuesta revela que ocho de cada diez habitantes consideran que los problemas de movilidad en la ciudad se deben principalmente a deficiencias de infraestructura, exceso de automóviles, desorden del sistema público de transporte o a la precaria regulación de las autoridades, al menos la mitad de las muertes por accidentes de tránsito en Bogotá son ocasionadas por infracciones a las normas de tránsito, lo que sugiere que los comportamientos ciudadanos tienen un lugar mucho más central en los problemas de movilidad de lo que se percibe.

Por su parte, las motos se han convertido en un problema álgido, pues aunque solo el 5 por ciento de los ciudadanos afirma que este es su principal medio de transporte, dicho vehículo estuvo involucrado en el 30 por ciento de las muertes por accidentes en la capital en 2012.

Corrupción

¿Y la confianza? Para 2013, nueve de cada diez ciudadanos considera que más de la mitad de los funcionarios públicos son corruptos, y cinco de cada diez considera que más de la mitad de los ciudadanos también lo son. Lo anterior tiene graves implicaciones para el capital social, para la confianza en las instituciones y para la participación y el control ciudadano, indicadores que registran una baja sensible según la encuesta.

El certamen que hoy preside el ex alcalde es el primero de una serie de actividades que tendrán como objetivo potencializar espacios de reflexión sobre Bogotá, en donde la ciudadanía, la academia, las autoridades locales, los medios de comunicación y demás interesados tengan la oportunidad de aportar y construir colectivamente para el mejoramiento de la capital.